John Édison Pino Londoño lleva dos años como sepulturero de Salgar. En medio de esa labor, desde muy temprano comenzó a alistar las bóvedas en donde serán sepultadas las personas que se llevó la avalancha. Lo que nunca imaginó fue tener que sepultar a sus seres queridos.
“Tengo siete familiares que están desaparecidos y los están reconociendo, esa es una tragedia muy dolorosa”, declaró Pino.
Muchos de sus parientes fallecidos le dijeron en vida que querían quedarse para siempre en Salgar. Jamás pensó tener que cumplir tan rápidamente el postrero encargo.
“Una labor tan dura, ellos querían estar acá y acá todo está listo”, relata.
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John Édison y los demás familiares de las víctimas esperan que los cadáveres sean trasladados desde Medellín, de vuelta a su pueblo, para poder darles cristiana sepultura.