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Sandra Milena, que vio cómo la furia del agua arrasaba con su casa, siente que Dios le dio una segunda oportunidad y por eso decidió sellar la unión con Edilmar.
“Al verme al borde de la muerte y haberme salvado, pues para qué esperar”, comenta.
Una notaría que trajo la unidad móvil para atender a la comunidad en diferentes trámites confirmó que se han celebrado ya tres matrimonios.