Piden ayuda tras la tragedia, ya que no saben qué hacer a partir de ahora. Peor aún, no saben si lograrán seguir cursando sus estudios.
“Volver a comenzar es muy difícil y es aún más complicado cuando uno se encuentra lejos de la casa”, dice Jenny Checa, cuya familia resultó damnificada tras la avalancha.
La estudiante hace parte del grupo de jóvenes mocoanos que viven en Bogotá, Popayán, Medellín o Neiva, pero que mantienen la misma incertidumbre de sus familias luego de la tragedia.
Algunos de estos jóvenes dependían totalmente de lo que les enviaban sus papás, pero como ellos lo perdieron todo, piden una ayuda, un subsidio, algún alivio. La razón es sencilla: no quieren dejar de cumplir el sueño por el que algún día abandonaron su tierra.
“La verdad no tenemos un plan b, estamos viendo qué soluciones de pronto el gobierno Nos pueda dar”, afirmó Angie Samira Sánchez como estudiante.
El Gobierno nacional recordó qué tipo de ayuda se les dará, hasta ahora, a estos estudiantes.
“Aquellas personas que tuvieran crédito con Icetex, quedaban sus créditos congelados por un año, y eso básicamente creo que es parte de la ayuda”, indicó la ministra de Educación, Janeth Giha.
El semestre para la mayoría de los jóvenes afectados, ya está solventado. Sin embargo, la preocupación empezará a partir de mitad de año, de cara al próximo periodo académico.
A la distancia, al igual que sus padres, estos jóvenes solo saben que deberán volver a empezar.
Updated: abril 15, 2017 07:56 p. m.