El cierre de la frontera ha generado una crisis humanitaria pues en menos de dos días han llegado 785 deportados, entre ellos 124 menores de edad.
Las deportaciones masivas prendieron las alarmas en el Gobierno colombiano que trata por los canales diplomáticos revertir la situación.
Con ese propósito, el presidente Juan Manuel Santos intenta un diálogo directo con Nicolás Maduro, según dijo el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien encabeza una comisión enviada a Cúcuta para tratar la situación.
El Gobierno instaló además un Centro de Mando Unificado en el que trabajan funcionarios de la Gobernación regional, la Alcaldía, la Cancillería, la Policía y otras instituciones del Estado.
"Concentraremos todas las tareas en manejar la situación de frontera y los deportados", explicó el ministro Cristo.
Cúcuta está comunicada con las ciudades de Ureña y San Antonio, que hacen parte del estado venezolano de Táchira, por el puente internacional Simón Bolívar que transitan a diario decenas de miles de personas y vehículos en un incesante flujo comercial y de contrabando.
El puente fue cerrado en la medianoche del miércoles por orden de Maduro, inicialmente por un periodo de 72 horas, después de que tres miembros de la fuerza armada venezolana y un civil resultaran heridos en un enfrentamiento con presuntos contrabandistas.
Esa medida, que en un principio no causó mayor preocupación al Gobierno colombiano hasta el punto de que la canciller María Ángela Holguín la consideró "una decisión soberana", se agravó el viernes con el anuncio de Maduro de que el cierre del paso fronterizo se prolongará.
Ese nuevo anuncio motivó un rechazo del presidente Santos, quien lamentó las medidas unilaterales, pues consideró que "cuando se cierra la frontera y no hay coordinación los únicos que ganan son los delincuentes" a los que justamente se quiere combatir.
La situación pasó de castaño a oscuro cuando empezaron a llegar a Cúcuta decenas de colombianos deportados por estar indocumentados, según las autoridades venezolanas, que pusieron en marcha una revisión "casa por casa" en San Antonio como parte del estado de excepción en la zona fronteriza del Táchira también ordenado por Maduro.
Ante el incremento de las deportaciones el Ministerio de Relaciones Exteriores pidió al Gobierno de Venezuela que "se respete la integridad y los derechos humanos de los ciudadanos colombianos que sean objeto de detenciones, deportaciones y demás acciones adelantadas por las autoridades venezolanas, de conformidad a las normas internacionales vigentes".
Exigió en un comunicado "que antes de aplicar las medidas de deportación se analice en cada caso la situación familiar para garantizar la unión de padres e hijos" pues se han dado casos de colombianos establecidos hace años en el vecino país que han sido separados de sus familiares venezolanos.
Updated: agosto 24, 2015 10:52 a. m.