En 2014, la vallecaucana siguió trabajando para una meta que tiene entre ceja y ceja, y que seguro conseguirá. Llevarse el oro en las Olimpiadas Brasil 2016. Ya tiene un bronce que logró en Londres en 2012. Pero ella, una luchadora que pese a las dificultades nunca se ha rendido, sabe que puede estar ahí. En lo más alto del podio.
Se lo debe a su familia que la apoyó desde el principio sin condiciones pese a las limitaciones económicas, a sus profesores, a sus entrenadores, a sus amigos y vecinos de Jamundí, que tantas veces le colaboraron para recaudar el dinero que necesitaba para viajar a las competencias.
El 29 de agosto en Rusia revalidó el título mundial en los 70 kilos que había conseguido en 2013 en Brasil y anteriormente en Holanda, en 2009. Doblegó a la japonesa Karen Nun Ira en un minuto y un segundo. Y dejó atrás en las semifinales a su más fuerte contrincante, la holandesa Kim Polling.
Yuri Alvear es una atleta fuerte de corazón y espíritu. Merece llegar a donde desea.
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