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Los millonarios, a menudo, son vistos como símbolos de éxito y prosperidad financiera. Sin embargo, detrás de sus fortunas se esconde una disciplina de gasto y ahorro que cualquiera puede adoptar para mejorar su salud financiera.
Según la revista GQ, millonarios como Mark Zuckerberg y Bill Gates han dicho en diferentes oportunidades que prefieren no dejar herencia para sus hijos, pues consideran que ellos deben aprender a construir su propio éxito y no depender de su dinero.
No obstante, los millonarios también se abstienen de gastar el dinero en ciertas cosas que para ellos resultan innecesarias. Estas son algunas:
Mark Zuckerberg es conocido por su vestimenta simple y repetitiva. Los millonarios como él evitan gastar en ropa cara porque saben que la moda es efímera y prefieren invertir en bienes que mantengan o aumenten su valor.
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Bill Gates, a pesar de su riqueza, opta por un reloj Casio de menos de 50 dólares. Esto demuestra que la funcionalidad y la confiabilidad son más importantes que el precio o la marca.
Graham Stephen, un millonario de YouTube, prefiere hacer su café en casa por 20 centavos en lugar de pagar precios exorbitantes en cafeterías. El margen de beneficio de estos lugares es alto, y preparar café en casa es una alternativa mucho más económica.
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Los intereses de las tarjetas de crédito pueden ser excesivos. Los millonarios evitan endeudarse y pagan sus saldos completos cada mes para no incurrir en gastos adicionales.
Las decisiones de compra impulsivas rara vez son beneficiosas a largo plazo. Los millonarios planifican sus adquisiciones y evalúan la necesidad real antes de realizar cualquier gasto.
Los millonarios buscan maximizar el retorno de sus inversiones y evitan cuentas de ahorro con intereses bajos o inversiones que no superen la tasa de inflación.
Vivir por debajo de sus posibilidades permite a los ricos ahorrar e invertir más. Eligen hogares cómodos pero no excesivamente caros en comparación con su riqueza total.
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Los millonarios saben que la riqueza se construye a través de decisiones financieras inteligentes y trabajo duro, no a través de juegos de azar.
Los servicios bancarios adicionales pueden acumular costos. Los ricos utilizan solo los servicios que necesitan y evitan pagar por aquellos que no utilizan.
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