Efectos de la pandemia se ensañan con los más jóvenes: preocupa el desempleo y los temas mentales

Si bien es cierto que la pandemia por coronavirus ha traído problemas en todos los aspectos y para todas las personas, es necesario reconocer, como evidencian las cifras, que la población entre los 14 y los 28 años está llevando una de las peores partes.

“Han tenido que adaptarse a nuevos modelos de enseñanza, a enfermedades como ansiedad y a la presión por aislamiento. Además, son las principales víctimas de desempleo”, explica el analista en temas urbanos Ómar Oróstegui.

Uno de cada cuatro colombianos pertenece a la población joven, es decir, unos 12 millones de habitantes. Ese grupo concentra el 34% de los casos de violencia interpersonal y 37% de los accidentes de tránsito en el país.

Los siniestros viales son la causa principal de muerte en esta población.

Retomando el tema de empleo, Oróstegui plantea que la generación que culmine sus procesos académicos este 2020 se enfrentará a una crisis económica. “Eso los pone en desventaja para conseguir empleo e ingresos estables”, explica.

Globalmente se está viendo, en el tema del ajuste de mercado laboral, que “las empresas prefieren ‘salir’ primero de los jóvenes”. También, que los sectores en los que más fácil encontraban empleo son también los más golpeados: restaurantes, hoteles y entretenimiento.

En resumen, dice, el desempleo hará que los jóvenes dejen de creer en el futuro debido a la incertidumbre.

El panorama no es el mejor, pero también se debe dar la oportunidad de ver la oportunidad en medio de la crisis.

El analista recuerda que los jóvenes tienen la ventaja de que son capaces de adaptarse y de ser resilientes. Así mismo, su cercanía con la conexión digital, y con ella, adaptarse a las nuevas formas de enseñanzas.

Por otra parte, su contribución es y será importante a futuro en el tema del compromiso con el medio ambiente. Una de las mejores representaciones es a nivel de sostenibilidad ambiental, pues son los que más usan medios de transporte no contaminantes como las bicicletas.

“Hay que formarlos con capacidad de adaptación y criterio”, es la invitación que hace Oróstegui para que, a futuro, no se vea “una generación perdida”.