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Conocer qué electrodomésticos consumen más energía en el hogar es importante para el ahorro energético, ambiental y del bolsillo. Es común creer que los aparatos que funcionan de forma constante, como la nevera, o aquellos que operan con potencias visibles, como el horno o el aire acondicionado, son los principales "devoradores" de electricidad y los culpables de que el recibo de la luz aumente. Sin embargo, hay un electrodoméstico que, silenciosamente, puede estar representando un gasto mucho mayor del que imagina.
Y es que, de acuerdo con un estudio de Enel Colombia, optimizar el consumo de energía contribuye a reducir el costo de la factura eléctrica. Es por eso que, a la hora de adquirir nuevos electrodomésticos, se recomienda optar por aquellos que cuenten con una clasificación de bajo consumo, identificados con las letras A, B y C. Los aparatos clasificados con las letras D y E presentan un consumo medio, mientras que los de las letras F y G son los que consumen más energía.
Es importante tener en cuenta que muchos electrodomésticos continúan consumiendo energía incluso cuando están apagados, un fenómeno conocido como "consumo fantasma" o "standby". Aparatos como televisores, consolas de videojuegos, microondas, laptops, cafeteras y cargadores de celulares pueden seguir consumiendo entre un 5% y un 8% de energía si permanecen conectados.
De acuerdo con un estudio compartido por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el aparato que gasta más energía que la misma lavadora es la secadora de ropa. Este aparato, que usualmente agiliza el proceso de lavado, es una herramienta comúnmente usada en espacios reducidos o en zonas de clima frío y húmedo, donde tender la ropa al aire libre no es una opción viable.
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Lo que muchos desconocen es que su consumo energético puede superar los 3.000 vatios por hora, una cifra, que si se compara con los 500 vatios que consume una lavadora moderna, supera significativamente el consumo. En palabras simples, usar una secadora durante una hora equivale a tener seis lavadoras funcionando al mismo tiempo. Si en su casa se realiza el secado de ropa entre tres y cinco veces a la semana, el consumo mensual de este único electrodoméstico puede superar los 60 kilovatios-hora. Dependiendo de su tarifa eléctrica, eso puede traducirse en un aumento que se ve directamente reflejado en su recibo de energía.
El problema, en muchos casos, no es solo el aparato en sí, sino el desconocimiento de su gasto. A diferencia del frigorífico, que se mantiene encendido 24/7, pero tiene ciclos intermitentes de bajo consumo, la secadora activa una resistencia térmica interna que genera calor de forma constante, sumado al motor que hace girar el tambor y otros sistemas adicionales. Todo esto requiere una gran cantidad de electricidad en un periodo relativamente corto.
El funcionamiento de la secadora se basa en un principio que suele ser energéticamente costoso: eliminación de la humedad por calor. Mientras la lavadora extrae el agua mediante fuerza centrífuga, la secadora la evapora utilizando aire caliente. Esto implica una conversión de electricidad en energía térmica que, aunque eficaz para secar la ropa en menos de una hora, representa un gasto energético mayor. Es por eso que, expertos del estudio recomiendan que, además de fijarse siempre en la etiqueta energética del electrodoméstico, las secadoras con calificación A++ o A+++ pueden suponer un ahorro anual alto en comparación con modelos menos eficientes.
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Y si a esto se le suman factores como filtros sucios, mal mantenimiento, cargas pequeñas o mal distribuidas, el consumo se dispara aún más. No es raro que hogares que usan la secadora a diario vean reflejado ese uso en una factura que parece no corresponderse con su rutina. Por otro lado, el estudio aclara que la elección del modelo también marca la diferencia. En el mercado hay secadoras de distintos tipos: de evacuación, de condensación y con bomba de calor. Las de bomba de calor, aunque más caras inicialmente, pueden reducir el consumo energético hasta un 50%, gracias a su capacidad para reutilizar el calor en el proceso de secado.
Lo explicado por el estudio es que, no se trata de dejar de usar la secadora, sino de hacerlo de manera inteligente y eficiente. Estos son algunos consejos de expertos:
Pese a los consejos, expertos del portal recomiendan no usar la secadora todo el año, como en temporadas de calor o en días soleados, donde se puede optar por tender la ropa al aire libre.
Para los electrodomésticos que ya se tienen en casa, es importante considerar lo siguiente, según Enel Colombia:
Una posible solución es utilizar enchufes inteligentes o regletas con interruptores que permitan desconectar varios dispositivos de forma simultánea. De esta manera, se podría reducir el consumo energético en un 10% al mes. Algunos de estos enchufes inteligentes se pueden controlar de manera remota a través de aplicaciones móviles, por lo que es importante verificar su compatibilidad con los dispositivos y la capacidad de voltaje de cada uno.
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Existen modelos más avanzados que permiten monitorizar el consumo energético de los aparatos y controlarlos a través de asistentes virtuales. Además, Enel recomienda aprovechar los "horarios valle" (aquellos momentos en los que el consumo de energía es menor) para utilizar los electrodomésticos de forma más eficiente, y evitar los "horarios pico", entre las 6:00 p.m. y las 8:00 p.m., cuando la demanda de energía es más alta.
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