Jóvenes boyacenses ya no quieren trabajar en el campo y no es su culpa

Muchos aguantan frío, calor y largas jornadas por un salario que ni siquiera llega al mínimo. Tampoco tienen seguridad social ni garantías.

Alcides Aguilar, un humilde campesino que vive del jornal desde hace 30 años, dice que su día empieza antes de que el sol aclare en el horizonte boyacense.

“Pagan 25 mil pesos cuando salimos a trabajar y cuando sale el trabajo. Cuando no sale, pues ahí sí toca descansar y pues no se gana nada”, cuenta.

Su rutina se hace normal, pero lleva consigo la lucha por lograr un turno para trabajar la tierra y así ganar la comida de su familia.

Para Aguilar no existe el salario mínimo y como él, hay miles de campesinos que viven con menos de 400 mil pesos al mes.

“A veces uno se alcanza a sacar $300.000 o $400.000 mensuales y es con lo que uno le toca lograr sobrevivir para su familia”, cuenta Adriana Sosa, también dedicada a la labor agrícola.

“Acá le toca a uno, como se levanta, pedirle a Dios que le ayude y lo proteja, porque aquí no hay seguro no hay nada de eso”, añade.

Conozca más sobre el campo colombiano:

Campesinos vecinos del Nevado del Cocuy dejaron la tala de árboles y...