Alexander Alvarado, presidente de la Asociación Nacional de Propietarios de la Industria Hotelera en Colombia (Inhotelcol), habla de los efectos del COVID-19 en los moteles, que generan 12.000 empleos.
Retirar objetos sexuales de las habitaciones, tomar la temperatura de sus clientes y permitir el ingreso solo de parejas están entre los protocolos que establecerán si les permiten retomar sus negocios.
¿Cuántos moteles hay en Colombia y de qué manera han ido creciendo como negocio a través de los años?
En Colombia somos 3.100 establecimientos, en Bogotá somos 512 establecimientos de alojamientos por horas. Los moteles tuvieron un crecimiento del 20%, 25% hace unos 10 años hacia atrás. En los últimos 8 años hemos tenido un porcentaje de crecimiento con unos niveles promediados del 2% a 3%.
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De esos, en el caso de Bogotá, donde más hay, ¿cuántos han cerrado?
Por motivo de la pandemia se ha cerrado definitivamente casi un 30% de los establecimientos de alojamientos por horas.
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En ventas y empleos para casos como Bogotá, ¿cuál es el tamaño del sector?
Para el caso de Bogotá, hemos dejado de percibir alrededor de 30 mil millones de pesos mensuales. Nosotros, los 512 establecimientos de alojamiento en Bogotá, empleamos directamente más de 12 mil personas.
¿Qué medidas de bioseguridad han tomado para poder reactivarse y, de su parte, qué les falta para la reactivación?
Radicamos unos protocolos de bioseguridad al Ministerio de Salud. Tenemos unos protocolos con unos estándares internacionales en el tema de bioseguridad y asepsia, tanto de habitaciones, como de áreas comunes, como en tratamiento de nuestros trabajadores.
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Pero el que va a un motel, en la mayoría de los casos, va medio a escondidas y porque les da cierta privacidad. Usted ve a quienes los frecuentan exponiéndose a dejarse ver, que les tomen la temperatura, que les tengan que entregar el número de la cédula, el teléfono a la entrada, ¿eso es práctico?
La toma de temperatura y todo el tema de seguridad, limpieza y asepsia no le veo inconveniente. El tema del registro es lo único que nos ha diferenciado del alojamiento por días, hoteles. Pero en estas épocas de pandemia es necesario si se quiere tomar el servicio de alojamiento por horas.
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¿Qué tan estrictos son en la limpieza de los moteles? ¿Tanto como los hoteles?
Tanto y algo más. Somos muy observados por las Secretarías de Salud de cada municipio.
Lo interesante de un motel es que hay cuartos con mucho objeto erótico, tubos, sillas, etc., y tal vez pierdan emoción cuando solo se deje la cama y el televisor.
Sí. Todo el tema de sillas eróticas, de lujos que había en las habitaciones, tienen que ser retirados para evitar que sean espacios para el coronavirus .
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¿Cuántas personas pueden entrar por cuarto?
Está el tema de no permitir aglomeraciones. Las habitaciones para motel únicamente serán para parejas.
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Los moteles ocupan edificios completos o terrenos de buen tamaño sobre los que se pagan impuestos. Si están cerrados hay un déficit importante.
No solamente de impuestos. En Bogotá, el motel que menos paga en impuesto predial está en $15 millones y el que más paga de impuesto predial están en 400 millones de pesos. No solamente impuestos, sino servicios públicos, que son demasiado altos.
Pero los hoteles ya están iniciando operaciones con ciertos protocolos. ¿Usted cree que la razón de las demoras en una reactivación, en el caso de los moteles, tiene que ver con mojigatería?
Sí, la mojigatería siempre nos rige en nuestro país. No estamos brindando servicios de esparcimiento o de un alto impacto.
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