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El hecho de considerar a un animal de compañía como miembro de la familia ha conllevado a que muchas personas adopten diversas prácticas, una de ellas es dormir con su mascota. Pero, ¿qué tan saludable es este hábito? Le contamos.
Juanita Torres, médica veterinaria y zootecnista, especialista en laboratorio clínico veterinario, le contó a El Espectador que esta práctica, en ciertas circunstancias, puede significar que una persona corra el riesgo de contraer infecciones.
"Los gatos pueden tener en su piel o mucosas varios tipos de vectores que pueden llegar a transmitir enfermedades a las personas. También tienen piojos, pulgas u hongos que pueden transmitirse a seres humanos, o un tipo de hongo como el microsporum, que da afectaciones en la piel", argumentó la experta al medio citado.
Dormir con su mascota, aunque parezca inofensivo, puede resultar contraproducente si no existen las medidas de higiene adecuadas, pues hay varias enfermedades que los gatos y perros pueden transmitir a sus dueños.
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Aquí otras desventajas de dormir con su mascota, según los especialistas:
Tener este tipo de contacto con los perros y gatos puede dejar varios parásitos que afectan a las personas. Además, se corre el riesgo de humanizarlos, recalcan los expertos.
Sin embargo, estos riesgos pueden reducirse si las personas realizan una limpieza adecuada. "Al utilizar desparasitantes externos e internos y dar un manejo clínico correcto a nuestra mascota, a través de un veterinario, puede que no haya ningún tipo de riesgo al dormir con ella", agregó Juanita Torres.
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También le compartimos algunos beneficios de dormir con sus animales de compañía:
Más sobre mascotas:
Si un gato no ronronea, no necesariamente significa que esté infeliz.
Los gatos son animales complejos y pueden expresar su estado emocional de muchas maneras diferentes. El ronroneo es una de esas formas, pero no es la única.
"Normalmente, los gatos muy tímidos casi no ronronean o lo hacen más bajito. Los gatos que son más sociables ronronean mucho más fuerte", señaló Sandra López, veterinaria especialista en medicina felina, en diálogo con El Espectador.
Por otra parte, hay gatos que ronronean desde cachorros y dejan de hacerlo en su edad adulta. López dice que esto no es un motivo de preocupación.
Si un gato no está ronroneando y también parece tener otros síntomas de enfermedad o dolor, es necesario llevarlo al veterinario para una revisión.