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La tragedia que sacudió a Bogotá en abril de 2025, cuando dos niñas de 13 años fallecieron tras consumir frambuesas con chocolate impregnadas con talio, desencadenó una intensa investigación que hoy apunta a una presunta sospechosa. Sin embargo, las pesquisas de la Fiscalía han descubierto una posible coincidencia que obligó a abrir otra línea de investigación: cuatro años antes, la madre de una de las menores fallecidas también había sufrido una intoxicación por talio.
Las autoridades tiene razones para creer que la muerte de las dos niñas y el intento de homicidio de las otras dos personas no ha sido el único ataque contra esa familia y con la misma sustancia, el talio, conocido como el metal más tóxico del planeta. En medio de estas indagaciones, el médico internista y endocrino, quien trató a la madre, recordó en Los Informantes los detalles del complicado estado de salud de la mujer.
La mujer, quien era esposa del padre de una de las niñas, comenzó a sentirse muy mal en diciembre de 2020, durante la pandemia. Aunque había superado un cáncer de seno años atrás, el dolor y el miedo regresaron a su vida. Consultó a varios especialistas que descartaron la reaparición del cáncer, pero no lograron encontrar la razón de su malestar ni de sus dolores.
La respuesta vino del doctor Julio Portocarrero que, aunque ya está retirado de la práctica médica, aceptó recordar la historia. Cuando la mujer llegó a su consultorio, ya había pasado por varios médicos. El doctor explicó que la paciente presentaba “entre otros síntomas, dos que son críticos cuando están juntos, que era una caída severa del pelo y una neuropatía periférica terriblemente dolorosa”. La neuropatía periférica, explicó, es “una afección de los nervios de las piernas, particularmente que produce unos dolores violentos en miembros inferiores”. La mujer incluso estaba teniendo dificultad para caminar.
Sin embargo, la gravedad y la claridad de los síntomas le permitieron identificar la posible causa. El endocrino, tras verla, le dijo: “Mire, si esto no es una intoxicación por talio, yo no sé qué será”.
El diagnóstico del médico se confirmó rápidamente. El examen que realizó fue unas pruebas de sangre y orina de talio, y resultó positivo. El doctor explicó que mientras los niveles normales en humanos son de menos de 2 microgramos, los resultados de la mujer mostraban niveles altos. Se sometió a un tratamiento basado en medicamentos que ligan el talio en el organismo para ser eliminado por la orina.
La mujer recibió el respectivo tratamiento y mejoró “significativamente”, hasta que durante un viaje tuvo una recaída porque “se le había reactivado un tumor que tenía previamente”. Murió el 17 de agosto de 2021 y fue cremada, por lo que hoy no pueden saber exactamente lo que le pasó.
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Dada la presunta coincidencia de los envenenamientos, surgió la pregunta sobre si la intoxicación por talio pudo haber provocado el cáncer o la reactivación del tumor. “Con la certeza que puede hablar uno en Medicina, que nunca hay nuncas, ni siempre hay siempre, puedo decir que la probabilidad de que el talio haya sido la causa de ese tumor o de ese cáncer es cercana a cero”, dijo, y agregó que: “Lo que sí es posible es que cuando la persona tiene un cáncer y tiene un estrés de esa magnitud, como es una intoxicación por talio, ese estrés reduce significativamente la capacidad del sistema inmunológico y ese sistema inmunológico debilitado facilita la reactivación de un tumor”.
El talio, conocido como el veneno de los venenos y el metal más tóxico del planeta, no tiene olor ni sabor, lo que hace muy difícil percibirlo.
El toxicólogo Camilo Uribe, quien proviene de una dinastía de cuatro generaciones dedicadas a la toxicología, explicó su mecanismo de acción: “El talio es muy liposoluble. Eso quiere decir que es muy afín por el tejido graso y los seres humanos tenemos muchísimo tejido graso, entonces, él va y se deposita, se pega en ese tejido graso y así se comienza a distribuir en el organismo”. En Colombia, la venta y comercialización del talio está prohibida desde 1970.
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El diagnóstico oportuno es crucial, pero la intoxicación por talio es difícil de identificar, ya que los síntomas iniciales se confunden con los de una intoxicación alimenticia. El talio “irrita la mucosa gástrica y lo que va a producir es náuseas, vómito, diarrea, ardor en el estómago y un cuadro gastrointestinal que generalmente llevaba a consultar a los servicios de urgencias”.
La segunda fase se caracteriza por la lesión neurológica, donde los pacientes presentan “pérdida de fuerza en sus piernas, un dolor bastante difícil de controlar, progresivo”. Si el caso no se trata, puede llegar a “producir parálisis de los músculos respiratorios y parálisis respiratoria”. A dosis muy elevadas, si la lesión es fulminante, “el hígado pierde su función. Lo mismo el riñón, produce cardiotoxicidad. Y a dosis muy elevadas, pues va a producir arritmias cardíacas y fallas cardíacas severas que lo pueden llevar a la persona a la muerte”.
El experto señaló que, aunque el talio se puede detectar en sangre, orina o cabello, ningún hospital ni clínica en el país cuenta con la tecnología para practicar un análisis específico. Aunque hay antídotos, como el azul de Prusia, pero este no se consigue en Colombia ni en la gran mayoría de América Latina.
En el envenenamiento de abril de 2025, donde dos niñas de 13 años murieron y otras dos personas enfermaron gravemente, aunque el hermano de una de las niñas ya está sano y salvo, las concentraciones de talio fueron inéditas.
El toxicólogo indicó que “esas concentraciones de talio no las teníamos reportadas, son niveles supremamente elevados”. Mientras una intoxicación severa se considera por encima de 100 o 150 microgramos, en el caso de las niñas, el experto explicó que había niveles de talio que “la máquina no fue capaz de detectar, es decir, estamos hablando de niveles por encima de 3.000”. Estas son, sin duda, “concentraciones letales”.
La investigación de la Fiscalía apunta a que detrás del envío de las frambuesas envenenadas estaría Zulma Guzmán Castro, una mujer que tuvo una relación extramatrimonial con el esposo de la mujer que murió en 2021 y papá de una de las niñas fallecidas con las frambuesas.
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El abogado de la familia afectada, Fabio Humar, enfatizó que “aquí hay una persona que envió un paquete de frambuesas envenenadas a una familia y todo parece indicar que se trata de un crimen pasional”.
Debido a la contundencia de las pruebas recuperadas por la Fiscalía, el 25 de octubre, el juez de Control de Garantías de Bogotá libró una orden de captura y emitió una circular roja de Interpol para dar con el paradero de la señora Zulma Guzmán Castro.
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Por su parte, el apoderado de la familia de la otra niña fallecida considera que hay más de una persona implicada en el caso y ha solicitado a la Fiscalía que la investigación llegue hasta las últimas consecuencias.
*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.