Los gatos son animales maravillosos y, aunque a veces parecen odiar al mundo, muchos son tan cariñosos que agobian. Son más independientes que los perros, pero no es fácil complacerlos.
“Muchas personas piensan que tener un gato es mucho más fácil que tener un perro porque son más independientes y esto es cierto hasta cierto nivel. Tener un gato requiere mucha responsabilidad y tiene muchas necesidades que se deben cubrir para que esté feliz”, dice Juan David Agudelo, propietario de @gatificandooficial.
Y, obviando el amor que se merecen, lo anterior se resume en la denominada ‘gatificación’ del entorno que los rodea.
“Gatificar un hogar es crear un entorno amigable para los gatos, permitiéndoles expresar todo su comportamiento natural, como trepar, saltar, refugiarse. Y lo más importante para ellos es tener el control de todo su entorno”, afirma Sara Hurtado, médica veterinaria especialista en medicina felina.
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Les gusta aprovechar paredes, techos y ventanas porque los gatos consumen su mundo de manera vertical.
El hogar debe ser seguro para ellos. Por ejemplo, se deben enmallar terrazas y ventanas para evitar que puedan saltar al vacío.
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El agua, la comida y la arena deben estar en sitios distintos. Se les debe garantizar un territorio para ellos: comedor, habitación y baño, además de zona de juegos, que, de hecho, es toda la casa.
“Para eso son las gatificaciones para que no usen los muebles de nosotros”, señala Juan David Agudelo, al señalar que también “hay que darles a los gatos guaridas donde pueden esconderse”.