Besos amargos: este bebé casi muere por tener contacto con una persona con un herpes en la boca

Con tan solo 11 días de nacido, tuvo que ser llevado al hospital por fiebre alta. Los médicos aseguraron que un adulto lo contagió con un herpes.
La historia de Oliver Jaz Miller se ha convertido en una advertencia para los padres de recién nacidos a nivel mundial.
El menor, de tan solo un mes, estuvo a punto de morir debido a un herpes neonatal. La forma en que adquirió esta enfermedad no pudo ser más que sorprendente para sus progenitores: un adulto que tenía un herpes labial lo contagió a través de un simple beso.  
Según Lucy Kendall, madre de Oliver de 23 años, a los 11 días de nacido este dejó de tomar leche y comenzó a tener fiebre. Tal fue la gravedad de los síntomas, que llegó a un alto estado de deshidratación por lo que tuvo que ser internado en un hospital. El menor fue puesto en una incubadora, se le suministró oxígeno a través de una cánula y tuvo que ser alimentado a través de una sonda.
Luego de estar una semana en cuidados intensivos pediátricos, los médicos descubrieron la extraña enfermedad del neonato, tenía un herpes neonatal. Según los especialistas, el bebé pudo haber sido contagiado luego de que un adulto con una úlcera en la boca -causada por el virus del herpes- lo besara o que hubiera sido tocado por una persona con dicho virus en las manos.
Tras el diagnóstico, el bebé estuvo hospitalizado por 21 días más para recibir varias donaciones de sangre y estar en constante control para evitar una posible sepsis -infección generalizada del organismo-.
 

 
Luego de este gran susto, que obliga a Oliver a recibir antibióticos por 6 meses, su madre ha querido generar conciencia sobre lo peligroso que puede ser para los recién nacidos recibir besos.
“Por favor respeta a los bebés recién nacidos y mantente lejos de ellos si tienes una úlcera en tus labios. Hemos tenido suerte, unas pocas horas más y la historia sería diferente”, escribió Lucy Kendall en un sentido mensaje a través de Facebook.
El herpes puede ser muy peligroso para los bebés menores de 6 meses ya que su sistema inmunológico todavía no se ha desarrollado. A esta frágil edad los menores contagiados pueden sufrir de encefalitis y otros peligrosos síntomas.