Un engorroso procedimiento tuvo el cuerpo de Bomberos de Yakarta, Indonesia, tras recibir una llamada en la que se alertaba que un pequeño gato había quedado atrapado en un botellón de agua.
Al ver la escena, notaron que la cabeza del animal estaba atorada en el cuello del recipiente y les tocó romper este a la mitad. Después, usaron una sierra eléctrica pequeña para abrir el plástico, eso sí, con una cuchara para evitar que el felino resultara herido.
Después de un esfuerzo de 30 minutos, el minino logró ser liberado. Y no fue la única buena noticia, pues una de las personas que lo encontró decidió que era capaz de darle un hogar y lo adoptó.
Tal vez fue una conducta traviesa, pero las autoridades no descartan que algún malicioso lo haya introducido en un hecho de maltrato animal .
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En todo caso, recibió otra oportunidad de vivir, y ahora con una familia.
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