El atleta australiano Dion Leonard enfrentó la más dura de todas las pruebas: encontrar a Gobi, una perrita callejera a la que decidió adoptar después de que le acompañara durante 125 kilómetros en una ultramaratón en el desierto.
Tanta fidelidad y resistencia hicieron que el deportista pagara una alta suma de dinero por valoración médica, vacunación y desparasitación. Además, debía esperar cuatro meses para que se la entregaran.
Cuando Leonard se encontraba en Gran Bretaña, recibió la noticia de que Gobi había escapado de un centro de acogida.
Era su mejor amiga. Por eso, lanzó una campaña en las redes sociales para intentar dar con su paradero. Viajó a China y durante días recorrió vecindarios y parajes remotos con la foto del animal. Hasta que ocurrió el milagro.
Gobi apareció, desnutrida y asustada, pero viva. Y el reencuentro no pudo ser mejor.
Último deseo cumplido
Neil Hanvey, con una enfermedad en fase terminal, quería que se cumpliera su última voluntad: ver la nueva entrega de La Guerra de las Galaxias, su saga favorita, que se estrenará en diciembre. Pero no la tenía fácil. Los médicos le daban poco tiempo de vida.
Una campaña en las redes sociales con el hashtag #RogueOneWish llegó hasta el director de la película, Gareth Edwards, que accedió a que Hanvey tuviera una función exclusiva. Y así fue.
Vio la cinta el lunes pasado y, un día después, falleció.
Su sueño se hizo realidad, a pesar de todo.
Gorila Koko quiere el bajo de Red Hot Chili Peppers
Koko es el gorila más querido por los científicos de la Universidad de Stanford. Será por eso que le permiten visitas de celebridades de la talla de Flea, el bajista de la agrupación Red Hot Chili Peppers.
El músico le prestó su bajo a Koko, que no dudó en rozar sus cuerdas y sacarle algo de sonido. Curioso e inteligente.
Tan conmovido terminó Flea con esta experiencia, que hizo un llamado a través de las redes sociales para proteger a esta especie en vía de extinción.