En Kent, una ciudad de Inglaterra, vive Jurgita Peciulaityte, una joven dueña de un taller de carpintería. Ella lleva a su perro de raza Bóxer, Rusty, al trabajo. El 6 de julio de 2016 escuchó a su mascota ladrar sin parar en el jardín trasero del local. Cuando se acercó a ver qué pasaba, encontró un pajarito abandonado que había caído de su nido.
Cuando Peciulaityte se comunicó con el grupo de rescate le dijeron que no era una especie en peligro, por ende no la pudieron ayudar. Así que decidió resguardarlo en su casa mientras dejaba de ser una criatura.
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A Rusty no le pareció tan mala la idea de recibir y acoger a Birdie en su casa. Se encariñó tanto que desde ese día han sido inseparables. Señor Rusticus ha tratado de enseñarle a volar a Birdie, lo alimenta, lo abraza y lo lleva en su lomo de paseo.
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