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Wesley Silva, de 60 años, se presentó recientemente en un Walmart de West Brownsville, Pensilvania, junto a su caimán Jinseioshi, un reptil de aproximadamente 1,5 metros de largo y 14 kilos de peso. Según su relato, no era la primera vez que lo hacía. De acuerdo con lo que contó a medios locales, durante tres años y medio acudió con frecuencia al establecimiento en compañía del animal, siempre transportado en un carrito y con un arnés.
Para Silva, Jinseioshi es más que una mascota: lo considera un "animal de apoyo emocional". Afirma que su relación con el reptil le ha permitido manejar momentos de tensión y encontrar calma: "La gente suele sorprenderse, pero en general recibíamos comentarios positivos. Nos decían que era increíble o que era interesante ver un caimán como mascota", explicó a NBC News.
El episodio que desató la controversia ocurrió el 5 de septiembre, cuando una clienta anónima tomó fotografías del caimán dentro de la tienda. Las imágenes circularon en redes sociales y generaron reacciones divididas: algunos lo vieron como una curiosidad, mientras que otros manifestaron preocupación por el riesgo de tener un reptil de estas características en un espacio concurrido.
"Miré y vi al caimán en el carrito. No lo podía creer. Para mí no es seguro hacer compras donde hay un animal así", señaló la mujer al canal WPXI. Tras la difusión del caso, Walmart emitió un comunicado en el que dejó clara su posición: "Valoramos profundamente el vínculo que las personas tienen con sus animales, pero por seguridad y comodidad de todos, solo se permite el ingreso de animales de servicio reconocidos por la ADA", indicó un portavoz de la compañía a la revista People.
En Estados Unidos, la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés) establece que únicamente los perros —y en algunos casos los caballos en miniatura— pueden ser reconocidos como animales de servicio. Estos deben estar entrenados específicamente para realizar tareas relacionadas con la discapacidad de su dueño. Los animales de apoyo emocional, aunque puedan tener un papel importante para sus propietarios, no cuentan con el mismo estatus legal y, por tanto, no tienen garantizado el acceso a espacios públicos como supermercados, restaurantes o aerolíneas. Esto aplica también a especies exóticas, como reptiles, aves o roedores.
Silva asegura que su relación con los animales comenzó en 2022, cuando su hija le pidió que cuidara una serpiente. Después de pasar tiempo con ella, sintió afinidad por los reptiles y comenzó a ampliar su colección. Actualmente, además de Jinseioshi, conviven con él otro caimán, serpientes, un dragón de Komodo y también un perro. "En la Biblia se habla de que el ser humano tiene dominio sobre los animales. Yo encontré en los reptiles un motivo de tranquilidad", explicó.
El pastor evangélico y padre de cinco hijos insiste en que nunca ha tenido incidentes con Jinseioshi y que el caimán está acostumbrado a estar en ambientes con personas. Aun así, expertos en vida silvestre cuestionan la idea de considerar seguro a un reptil de estas dimensiones en un entorno como un supermercado. Cienna Chefren, representante de Humane Animal Rescue en Pittsburgh, señaló al medio WPXI que no hay manera de predecir la conducta de un animal como un caimán frente a desconocidos o en lugares ruidosos y concurridos.
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"Es un riesgo porque no hay control total sobre cómo reaccionará en una situación estresante. Incluso si parece tranquilo, puede convertirse en un peligro", advirtió. El argumento coincide con la preocupación de varios compradores que, tras ver las imágenes, manifestaron que no se sentirían cómodos compartiendo pasillo con un reptil. Algunos incluso ironizaron diciendo que podría usarse como método de seguridad para vigilar ciertas secciones de la tienda.
Aunque en Estados Unidos cada vez más personas registran a sus mascotas bajo esta categoría, los expertos señalan que no siempre se trata de un proceso regulado y que muchas veces se utiliza como argumento para evitar restricciones. En su casa, Silva puede convivir libremente con sus reptiles y asegurar que son parte de su vida familiar, pero en lugares públicos como supermercados o aeropuertos, la ley establece límites que no hacen excepciones para especies exóticas.
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"Siempre he sentido que Jinseioshi me ayuda a estar en paz. No me imaginé que llegaría el día en que no pudiera entrar conmigo", expresó Silva tras la decisión de la tienda, quien por ahora deberá dejar a su caimán en casa si quiere continuar con sus compras en West Brownsville
VALENTINA GÓMEZ GÓMEZ
NOTICIAS CARACOL
vgomezgo@caracoltv.com.co