Los compran como mascotas sin serlo y publican videos que se vuelven virales en los que les hacen cosquillas, cuando en realidad los están torturando.
Las confiscaciones de loris perezosos van en aumento, pese a las campañas de organizaciones internacionales como el centro de rescate IAR que ha alerta sobre esta práctica ilegal.
Y es que la dulzura de esta especie originaria de Indonesia la hace más vulnerable y propensa a ser confundida con un animal doméstico.
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Lo que pocos saben es que detrás de cada lori hay una dramática historia. Sus captores los sacan de sus hábitats, les arrancan los dientes sin anestesia y venden a estas criaturas al mejor postor.
Sus nuevos dueños les hacen videos que publican en las redes sociales, donde se ve cómo tocan sus barriguitas y los loris alzan sus brazos. No son cosquillas, es tortura. En realidad, el animal hace este movimiento en señal de defensa.
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Ahora que conoce esta dura realidad, piénselo bien antes de darle “me gusta” a videos virales de loris cautivos.
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