“No puedo creer que la haya tocado”, comentó la amante de los animales que, pese a los gritos y escalofríos que le provocó el reptil, logró su cometido.
Rosa Fond vio a la serpiente junto a una carretera en Florida, EE. UU. Su cabeza había quedado atorada dentro de una lata de cerveza.
Pese al miedo que le provocó que pudiera ser atacada por el animal, que no era venenoso, se armó con la rama de un árbol y empezó la titánica labor que duró más de cuatro minutos.
En repetidas ocasiones, entre sobresaltos y gritos, le decía a la serpiente que la disculpara, ya que debía presionar su cuerpo con el palo para poder sacar su cabeza de la lata.
Publicidad
Dos perros llegaron al sitio a mirar y la mujer los alejó constantemente mientras adelantaba lo que para ella era una peligrosa misión de rescate.
Al final logró liberarla y se alejó lo más rápido que pudo.
Publicidad