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A mano limpia, Sara Fulton agarró una zarigüeya y, sin inmutarse, la sacó del bar donde hacía de las suyas. Los clientes, entre desconcertados y asombrados, veían cómo la heroína del momento se alejaba para liberar al animal, también conocido como chucha o fara.
Sus vecinos de mesa recuerdan que Sara les pidió sostener su celular y, con la frase “soy una mujer de Alaska”, se abalanzó sobre el animal y lo agarró de su pelaje en un solo movimiento. Nada la intimidó ni la enorme y filuda dentadura de la desorientada zarigüeya que terminó en un local nocturno de Brooklyn, en Nueva York. En las redes sociales, todos piden a los dueños del bar “bebida gratis” para esta ciudadana.