Un comercial que vio en televisión y que mostraba a niños con cáncer, hizo que Christian McPhilamy, de seis años de edad, tomara la decisión más importante en su corta vida: dejar crecer su cabello para donarlo.
En el proceso, que duró dos años, sufrió toda serie de burlas por parte de sus compañeros de colegio; nada, sin embargo, lo detuvo en su misión.
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Su cabellera ya le llegaba a la cintura, cuando le dijo a su padre que se la cortara.
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Los mechones, de casi 30 centímetros cada uno, fueron enviados al Children With Hair Loss, una organización de caridad que recibió la generosa donación.
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Christian, hoy de ocho años, es un héroe en las redes sociales, donde los usuarios le agradecen su gesto solidario y amoroso con otros niños enfermos de cáncer.
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Deeanna Thomas, la madre de Christian, registró todo el proceso a través de su perfil en Facebook. ¡Qué ejemplo!