Hay descuidos que se pagan caro, como el del concejal estadounidense Dale Ross, quien durante una sesión transmitida en vivo se levantó para ir al baño, pero olvidó un detalle: apagar el micrófono que llevaba en la solapa.
Ocurrió durante una reunión del concejo de Georgetown, en Texas.
Todo el auditorio escuchó con claridad lo que ocurría del otro lado de la puerta. Pese a los sonidos, la alcaldesa encargada, Rachael Jonrowe, intentó seguir la discusión. La descarga del sanitario fue la gota que rebosó la copa.
Los asistentes vieron cómo segundos más tarde el concejal Ross reaparecía como si nada.
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Un colega que se encontraba a su lado tuvo que explicarle, lo más discretamente posible, el motivo de los murmullos y las risas en el salón. El hombre no dijo una sola palabra.
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A las burlas en las redes sociales se unieron las críticas de usuarios que aseguran que el concejal ni siquiera se lavó las manos antes de regresar a la sesión.
El video alcanzaba este lunes dos millones de reproducciones en internet.
El rescate de Boo, la perra ermitaña
Nadie sabe cuánto llevaba allí, pero una perrita con unas cuantas libras de peso hizo del estrecho tronco de un árbol su casa y escondite de los humanos, los coyotes y de cualquier animal que la viera como presa fácil.
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Le tenía pánico a todo lo que se moviera. De hecho, no quería ser rescatada, pese a sus condiciones precarias de vida. El operativo tardó más de dos horas.
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Con gran dificultad, lograron convencer a Boo de dejar el árbol y comenzar a descubrir que no todo en el mundo es crueldad.
Su cuidadora, Shirley Zindler, se ha encargado de compartir la historia y la recuperación de Boo a través de Facebook.
Una oficial del Ejército con determinación
Pocas cosas tan poderosas como la voluntad humana, y Sarah Cudd, capitán del Ejército de los Estados Unidos, es un claro ejemplo de ello.
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Esta mujer fue la única en obtener la Insignia Médica de Experto en Terreno, luego de ocupar el primer lugar en una competencia de gran exigencia y en la que participaban 46 militares, la mayoría hombres.
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A rastras, Cudd completó su maratón de 19 kilómetros a campo traviesa, con una pesada mochila en hombros y fusil en mano. Lo hizo en 2 horas y 46 minutos.
Su determinación ha sido reconocida en las redes sociales, donde hoy la califican de heroína.
La abuela del tango
Para los que creen que es demasiado tarde para aprender algo, es hora de conocer a Phyllis Sues. Cumplió en abril 92 años y decidió celebrarlo bailando tango.
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Sues conoció este ritmo a la edad de 83 y desde entonces no le pierde el paso.
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Hoy, es una estrella en internet, donde tiene su propia página web. Además del tango, esta mujer dice practicar el tenis, el yoga y hasta salta cuerda, como se puede ver en algunas de sus sesiones subidas a internet.