Retos virales abundan y cualquier incauto puede caer en ellos sin medir las consecuencias. Eso le pasó a una joven de origen chino que, por imitar a un bloguero, terminó medio calva.
El reto consistía en comerse una mazorca a toda velocidad, ayudada por un taladro. La máquina empezó a girar, agarró su cabello y le arrancó un mechón en toda la parte frontal. La reacción de ella habla por sí sola.
Todo comenzó con un video del bloguero Eater Yang, en el que se le ve devorando una mazorca a máxima revolución. Y, ahí mismo, decenas empezaron a imitarlo.
La joven que terminó sin pelo publicó luego otro video en el que un médico atiende sus heridas. Para fortuna de ella, el pelo crecerá en seis meses.
Publicidad
Es claro por qué no hay que ‘tragar entero’ en las redes sociales. Piénselo bien, antes de seguir modas. No todo se vale en la carrera por ser popular.
Jubilado grabó todas sus vacaciones al revés
A Howard Newman, de 69 años, la tecnología lo atropelló. Este jubilado británico, convencido de dejar un gran recuerdo de sus vacaciones a Holanda, grabó con una GoPro el paseo; el problema es que lo hizo al revés.
Publicidad
Al llegar a casa, su hijo Mark se percató del craso error. Y es que lo único que se veía del paseo era la cara de Howard en una interminable “selfie”. No había paisajes, ni monumentos, ni nada.
Tan divertido resultó para todos, que el propio Mark subió el video a las redes sociales, donde de inmediato Howard se volvió popular. El hombre, sin embargo, sigue sin reconocer su falta y culpa a los botones de la cámara de estar en el lugar equivocado.
Así reaccionan los pingüinos a la ópera
.
El galardonado cantante de ópera Nick Allen viajó a la Antártida, y convencido de querer entregarles a los pingüinos un recuerdo inolvidable, alzó su voz en un concierto que prometía ser inolvidable.
Publicidad
Lejos de impresionarse, la colonia de pingüinos huyó más bien despavorida al escuchar las notas altas del visitante.
El tenor dejó de lado su orgullo profesional y compartió con simpatía la escena en internet. ¿Les gusta o no la ópera a los pingüinos? Vaya uno a saber, lo cierto es que sí se convirtieron en los más duros críticos de este artista.