Anastasiia Pokreshchuk es una ucraniana de 31 años que sometió su rostro a un cambio extremo para estar “más segura”.
Ha gastado millones en verse como está ahora y recibe instrucciones de un médico en línea, una práctica que admite podría ser peligrosa, pero no tiene intenciones de parar prontamente.
La joven le contó al programa This Morning que siente que ahora tiene más proporción, pues sentía que “antes era un ratón gris”.
Según ella, su nariz ocupaba gran parte de la cara por lo grande. “Ahora tengo labios y mejillas y se ve bien”, añadió.
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También afirmó que gracias a su cambio ha recibido más atención, “no por mis mejillas, sino porque me he vuelto más segura”.
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Un médico invitado para analizar la situación le advirtió a ella y al público en general los riesgos que se corren al administrarse este tipo de tratamientos sin la supervisión de un médico profesional.