Una cría de mono ardilla estuvo a punto de perder la vida, después de que fuera rechazada por sus padres tras su nacimiento en cautiverio.
En un intento desesperado, la dirección del zoológico ruso de Tiumén entregó este chiquitín al cuidado de una gata adulta. El resultado fue asombroso.
La naturaleza en su sabiduría le dio una madre adoptiva al frágil mono ardilla.
En cuestión de minutos, se conectaron de manera especial. La cría no sintió miedo y la gata le supo dar cobijo, compañía y amor.
Poco importó el origen de ambos, la distancia entre especies. Aquí, primo por encima de todo, la vida.
Lecciones del mundo animal.