
Actualizado: diciembre 21, 2019 10:32 a. m.
Ángel le prestó sus manos a María para acabar con su sufrimiento. Compraron pentobarbital sódico por internet, un medicamento utilizado en ganado para sedarlo hasta que mueren y ponerle fin a su dolor. Ángel y María documentaron lo que llamaron el cuerpo del delito, toda esa tragedia que poco se puede llamar vida porque la que pasaban y ahora, él, podría ir a la cárcel por homicidio.
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"Necesito descansar, pero eso lo haré cuando se aprueba la ley de eutanasia", sentencia Ángel Hernández.