¡Esta es su casa! Decir Gol Caracol , una marca robusta y emblemática, es casi lo mismo que decirJavier Hernández Bonnet , su voz se reconoce inmediatamente. Es que Javi habla por radio, por televisión y hasta por los codos y se lo agradecemos porque su trabajo es nada menos y nada más que contarnos el toque, toque, el cuerpo a cuerpo y la sufridera de la Selección y de tantos goles que han alegrado a este país.
“Los exámenes revelan que tenía un problema de vesícula, que se había perdido mucho tiempo, que estaba la sangre infectada, que el hígado estaba inflamado, no podían hacer nada conmigo y ahí es donde digamos entra la etapa crítica porque uno siente que ya todo el cuerpo está desarticulado. Yo no orinaba bien, me costaba orinar y me dolía entonces ya dije ‘ahora esto se complicó con riñones, será la próstata, además morir acá”.
Pero, gracias a Dios Javier Hernández Bonet no se murió, de esos cálculos en la vesícula que son un martirio y que solo en Colombia se registran unas 60.000 operaciones al año, los médicos de Qatar en la Copa Mundial del año pasado lograron aliviarlo, se recuperó de esa extraña gambeta que le hizo la vida que por poco lo deja fuera de lugar, pero aquí está listo y preparado para el próximo Mundial de Fútbol en Canadá, México y Estados Unidos.
Tiene 69 años y anda así con su sonrisa fácil, sus regueros de palabras amenas, su conversación atravesada por anécdotas. “Fue un susto para todos”. Un susto grande porque no podía sostenerse en pie, se le iba el aire, del dolor que sentía se doblaba y nada parecía aliviarlo. Pasó tres días sin dormir, las medicinas se tomaban en su tiempo y la mejoría también, decidió entonces meterse al baño y llorar sin consuelo solo donde nadie lo pudiera oír, pero una llamada lo trajo de vuelta a seguir jugando en esta cancha, amplia y extensa que es su vida.
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“Y en el momento más crítico fue la mamá de Falcao que ya yo metido en el baño me entró la llamada y me dijo ‘ore conmigo’ y nos quedamos media hora orando, cuando yo salí como con un aire distinto como Dios está conmigo”. Y todo se sintió otro y no porque no creyera sino porque de pronto jamás lo había necesitado tanto, la fe cristiana de la mamá de Falcao y su catolicismo aprendido de niño hicieron su efecto en el peor momento y entonces tuve una ayuda especial ellos.
Javier Hernández Bonnet nació en Manizales, en el barrio Chipre, estudió en un colegio católico donde lo ponían improvisar historias, se crio en Medellín, está casado, tiene tres hijos y uno de ellos Juan Pablo es su compañero en el set, en las transmisiones, en los viajes. Lleva 50 años de carrera sin pausa, corriendo de aquí para allá, también detrás de un balón y a pesar de un par de sustos, está como si fuera el primer día. Esta leyenda del periodismo deportivo colombiano empezó narrando un partido en el patio del colegio y está listo para ponerle el pecho al siguiente mundial.