La batalla legal en contra de Albeiro Ríos por la que reconoció a sus hijos producto de abusos

'Entre brumas' se llama la película que acaban de rodar en Aguadas, un municipio de Caldas, que cuenta cómo Albeiro Ríos, un gamonal poderoso y arrogante que enamoraba jovencitas, abusaba de ellas y si quedaban en embarazo, las abandonaba a su suerte y no respondía jamás.Manuel Ríos nació en Aguadas. Tiene la grandeza y el valor de sentarse frente a una cámara a contar cómo fue abandonado por su papá biológico, Albeiro Ríos. Es un gamonal que se creía 'El Infame de Aguadas', que todo lo podía y a nada le temía, pero en realidad estaba muy alejado del personaje popular de este pueblo de Caldas. Creyó que gracias a su poder podía estar por encima del bien y del mal y embarazar a cuanta mujer había en el pueblo, sobre todo, si eran menores de edad, abandonándolas así a su suerte con sus bebés recién nacidos.Pero la justicia, 30 años después, le hizo pagar sus abusos así llevara 10 años de muerto. La mamá de Manuel fue una de esas niñas abusadas. Fue hace 10 años que Manuel se enteró de la verdad, un mes después de que Albeiro se murió a los 68 años sin haberle pagado a la justicia por no reconocer a ninguno de los hijos de las mujeres de las que abusó.Esas niñas que estuvieron por más de 30 años guardando silencio, decidieron hablar gracias a Fernando Merchán, un abogado nacido en el pueblo, que conmovido por el drama de estas mujeres y sus hijos, decidió librar una batalla legal que parecía imposible de ganar.Se estima que en el país hay 12 millones de madres solteras, es decir, un 40% de los hogares son sostenidos por mujeres, según el DANE; por eso, ese maltrato y esa humillación al que fueron sometidas estas mujeres en Aguadas se convirtió en un motivo para sacar a flote la verdad que muchas callan en Colombia y terminó en la grabación de la película del director Juan Pablo Bedoya, que narra este drama y cómo 30 años después las niñas abusadas, ya adultas, logran que la justicia ordene repararlas a ellas y a sus hijos con los bienes que Albeiro dejó.María Nélida fue una de esas niñas, tuvo una hija siendo menor de edad cuando conoció a Albeiro hace 45 años. Hoy a los 61, debido a los traumas que le dejó el abuso, es una mujer callada, temerosa e introvertida, pero sacó valor de donde no lo tenía para contar, así fuera con pocas palabras, su drama. Las demás, no se atreven a hablar porque aún sienten miedo.Por su parte, Fernando es un experto en Comercio Exterior y sin tener ni idea de Derecho Penal ni de Familia se enamoró de semejante causa. Pero cambiar de tumba al cuerpo no sirvió de mucho, a través de los hermanos de Albeiro se comprobó la paternidad en los hijos que nunca reconoció. La justicia, esa que parece que nunca se asoma por las zonas apartadas de este país, ordenó repartir los bienes que dejó entre sus víctimas. Aunque nunca pagó por sus abusos, según Fernando, fue un pequeño bálsamo que ayuda a aliviar un poco tanto dolor.