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Desde su actual residencia en Miami, donde vive asilada desde hace casi 20 años, la escritora y presentadora Virginia Vallejo contó en Los Informantes su historia sin remordimientos. Sus orígenes, su trabajo en televisión, el modelaje y el capítulo que la definió ante el mundo por haber sido la amante del temido Pablo Escobar durante 5 años.
Con 76 años, Virginia Vallejo se define a sí misma como una pionera en diferentes aspectos de la vida social y mediática de Colombia. “Yo fui la primera mujer “anchor woman" (presentadora principal de un programa de noticias) de Colombia (…) La primera mujer que se casa por lo civil, la primera ‘niña bien’ que se divorcia oficialmente, la primera niña que transmite desde el callejón en las plazas de toros, la primera presentadora de noticias, yo fui la primera en montones de cosas”.
Ella misma reconoce que su vida es tan interesante debido a sus decisiones, incluso aquellas que resultaron más polémicas: “sí y la primera en meterme con un delincuente”. Pese a las consecuencias que ha enfrentado por sus relaciones personales, asegura que “jamás me arrepiento de haber amado a un hombre, jamás, ni de mis maridos que fueron espantosos, ni de Pablo, que se volvió un monstruo”.
Aunque hoy vive sola, en un apartamento en Aventura, Miami, Estados Unidos, y dedica su tiempo a escribir una trilogía de ficción inspirada en su vida, la sombra de su pasado sentimental sigue siendo objeto de fascinación.
Virginia Vallejo se divorció dos veces en una época en que este acto era un escándalo para la sociedad colombiana de clase alta, una situación que, según relata, fracturó irreversiblemente sus lazos familiares.
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Sobre su familia, Vallejo asegura que no tiene ninguna relación con ella hace 50 años, debido a la tensión generada por sus decisiones personales. La presentadora dice que, históricamente, su vida causó "escozor" en su entorno, especialmente por sus dos matrimonios y respectivos divorcios.
Su primer esposo fue Fernando Borrero Caicedo, a quien describe como un hombre de alta sociedad. "Era viudo y me llevaba 25 años”, recuerda sobre su primer matrimonio, el cual fue celebrado por lo civil, generando un primer rechazo familiar. Pese a la diferencia de edad, comenta que era “el hombre más buen mozo del mundo”, y socialmente prominente, siendo de una familia "muy elegante de Cali" y "muy rico".
El divorcio de Borrero Caicedo intensificó el escándalo familiar, pues para una mujer de su entorno, ser “una divorciada en la familia” era aún peor.
Tras el divorcio con Borrero Caicedo, Virginia Vallejo se casó por segunda vez. Su segundo esposo fue David Stivel y este matrimonio también terminó. Según contó, la separación del productor argentino se prolongó ya que él se negaba a firmar los documentos, pero la ayuda de Pablo Escobar fue clave.
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“El viernes tú vas a estar divorciada y vas a estar cenando conmigo nuevamente”, asegura que le dijo el capo del narcotráfico cuando ella le contó su problema. Según relató, Escobar intervino amenazando a Stivel y el divorcio se firmó. Para Vallejo, esta acción, sumada a otras demostraciones (salvarle la vida, anular sus deudas, enviarle mil orquídeas), fue suficiente para caer rendida a sus pies: “me divorcia de un desgraciado que cayó rendida a sus pies y se convirtió para la historia en la amante del capo de capos Pablo Escobar”.
Si bien Virginia Vallejo se ha casado dos veces y tuvo un romance de cinco años con Pablo Escobar, ella afirma que el verdadero amor de su vida fue un hombre diferente: su prometido alemán, un supuesto conde, cuya relación terminó de la manera más dolorosa e inesperada. Asegura que, tras la muerte de este hombre, ella nunca volverá a casarse.
Este hombre, a quien llama “el amor de mi vida, la adoración, mi prometido alemán toda la vida”, era el heredero del título de conde que ostentaba su padre. Vallejo revela que el personaje de El Conde en su trilogía de ficción está inspirado en su vida personal con Rudy.
La historia de amor con este supuesto conde tuvo un desenlace trágico y fue directamente saboteada por Pablo Escobar.
Dice Vallejo que cuando se iba a casar con él, Escobar se enteró e intervino con amenazas directas. “Pablo Escobar se enteró y dijo que lo iba a matar o si no lo iba a secuestrar” y la amenazó con implicarla, diciéndole “al general Maza que yo había sido cómplice en el secuestro”.
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Ante el peligro, la pareja tomó una decisión definitiva: viajaron a Nueva York para despedirse. “Allá nos despedimos, fue la cosa más dolorosa del mundo”.
El conde, al que Vallejo consideraba el amor de su vida, murió tiempo después en un hospital de Nueva York, tras pasar varios meses en coma. Sin embargo, no hay ni registros fotográficos de tal relación.
El romance con Pablo Escobar comenzó en 1982 y duró cinco largos años. Contrario a lo que se podría pensar, Vallejo afirma que ella no fue quien lo sedujo: “No es que yo no conquisté a Pablo, es que Pablo me conquistó a mí”.
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Seis meses antes de que la relación comenzara, Escobar le salvó la vida en la famosa Hacienda Nápoles. Mientras Vallejo se encontraba con su novio de la época, Aníbal Turbay, un torbellino la arrastró en el río. Ella relata: “me cogió un remolino y me iba pensé que me iba a morir”.
A pesar de que Pablo Escobar estaba casado, Virginia Vallejo asegura que nunca tocaron el tema. La relación se acordó ser “completamente secreta” y siempre se veían solos, generalmente en Nápoles o en un penthouse que él tenía en un edificio pequeño.
Una de las acciones de Escobar que consolidó el inicio de su relación fue el pago de una deuda que Vallejo tenía con Inravisión. La condición de Escobar era que ella hiciera un programa de televisión de cinco minutos sobre sus obras sociales. Esta deuda la llevó a realizar la famosa primera entrevista a Pablo Escobar en 1983, que lo presentó ante el país como el "Robin Hood paisa". El programa, que salió en Al Ataque (el magazine que ella presentaba y dirigía), se filmó en un basurero en Medellín.
Vallejo afirma que, para ese momento, ya sabía a qué se dedicaba el capo. “Me habían dicho que era el rey de la coca”. No obstante, esto no le importó. “Yo digo: yo no sé de dónde sale su plata, sino lo que hace con eso y además sus planes de sacar dizque a esa ciudad (Medellín) de la pobreza”.
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En la intimidad, la pareja tenía formas específicas de llamarse. Al principio de la relación, Pablo Escobar la llamaba “panterita”. Más adelante, usó el apodo “alma limpia”, especialmente cuando ella intentaba detener la guerra que él desató.
Respecto a los vicios, Vallejo revela que, con el tiempo, Pablo “sí se volvió adicto a la marihuana, pero el trago no le importaba mucho”. Asegura que él "no lo tocaba" y ella tampoco probó la cocaína, aunque sí lo intentó una vez y la rechazó, afirmando: “dije eso no es para mí, eso es terrible”. También aclara que nunca fumó marihuana con él.
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La relación con el capo terminó después de cinco años. Hoy, Virginia Vallejo manifiesta que, aunque no se arrepiente de haber amado a Pablo Escobar, siente por él “un profundo odio”.
Tras el escándalo que la persiguió, Vallejo se fue de Colombia el 18 de julio del 2006, en un avión de la DEA de los Estados Unidos, donde llegó como testigo protegido tras haber declarado contra las mafias y sus vínculos políticos.