En el cuerpo de la hija se notaba que era una mujer y no una pequeña de 6 años, como les hicieron creer. Ahora son acusados de abandono infantil.
Kristine Barnett tenía una familia soñada: tres hijos biológicos y su esposo. El mayor de ellos nació con autismo, pero su habilidad para las matemáticas los sorprendió.
Todo marchaba bien en sus vidas y, debido a eso, creció la ilusión de querer tener un nuevo hijo. Pero ese deseo no pudo hacerse realidad, pues los médicos le dijeron que no podía volver a concebir.
Sin embargo, Kristine no descartó la posibilidad de ser de nuevo madre y, junto a su esposo Michael, decidieron adoptar.
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Ambos viajaron a Florida, Estados Unidos, para acoger al nuevo miembro de la familia. El centro especializado en adopción les informó que Natalia, la menor que ellos eligieron para llevar a su hogar, había nacido en Ucrania, tenía seis años y llevaba dos en Estados Unidos. Este hecho ocurrió en 2011.
La menor había sido acogida una primera vez por padres americanos, pero fue regresada al instituto por problemas que no les quisieron revelar. No obstante, esto no fue impedimento para que la adoptaran.
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Un día en su casa Kristine ingresó a la pequeña en la bañera y fue ahí cuando se dio cuenta que había sido engañada, aseguró a Daily Mail: “Le estaba dando el baño y me di cuenta de que tenía vello púbico, me quedé en shock. Me habían dicho que tenía seis años y era muy evidente que no tenía esa edad”.
Debido a eso, los padres decidieron llevar a la menor a un centro de especialistas para que le realizaran un examen y así poder determinar cuál era su edad. Los resultados arrojaron que era una joven mucho mayor y que su aspecto, similar al de una pequeña, se debía a su condición de enanismo.
Barnett aseguró que la menor adoptada sufría comportamientos extraños, que no los dejaba dormir en las noches. Pero eso no era lo más grave, la “niña” padecía de psicopatía. También se conoció que durante los exámenes confesó que tenía pensado asesinar y enterrar a su familia.
Luego de una batalla jurídica, en 2012, la Corte Superior del Condado de Marion en Indianápolis concluyó que la joven en realidad había nacido en 1989, es decir, tenía 22 años en el momento de la denuncia y no 6 como les había hecho creer a más de uno. Sin embargo, siguieron viviendo bajo el mismo techo durante un año.
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Después de ese tiempo, Kristine Barnett, junto a su esposo y sus hijos biológicos, viajó a Canadá y dejó a Natalia, su hija adoptiva, sola en casa.
A la joven adoptada, la familia no le costeaba nada, únicamente la renta. La Policía allanó la casa con un aviso de desahucio y se encontró con la joven, quien siguió mintiendo sobre su edad y aseguró que tenía 9 años. Además, que sus padres la habían abandonado.
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Informes presentados por la Policía aseguraron que Natalia era una niña cuando los Barnett se marcharon a Canadá. El Departamento de Sheriff del Condado de Tippecanoe defendió esa postura y se desencadenó una lucha con versiones encontradas.
A pesar de la situación, el pasado 19 de septiembre se emitió una orden de captura contra la pareja, acusada de abandono infantil pese a que su hija adoptiva no es una menor de edad, según señalan ellos mismos.
La pareja pagó una fianza de USD5.000 y fue dejada en libertad. No obstante, deberán presentarse el 24 de septiembre para la primera audiencia en donde tendrán que demostrar que su hija es adulta y que fueron engañados en el proceso de adopción.