"Estoy de nuevo aquí", aseguró en una rueda de prensa con gran repercusión mediática, en la que reconoció que aún no está del todo recuperada de sus heridas.
El ataque, agregó, ha llevado "al refuerzo" de su "carácter", de sus "reflexiones y valores", de sus "convicciones" y su "determinación". "Ninguna de mis opiniones ha cambiado" a raíz de los sucesos del 17 de octubre, dijo.
Con respecto a los círculos ultraderechistas que están reaccionando con "violencia y odio" a la llegada masiva de refugiados a Alemania, Reker sentenció que "no hay alternativa al diálogo".
La alcaldesa avanzó que desde su cargo trabajará para resolver tanto las cuestiones a corto plazo derivadas de la crisis de los refugiados -alojamiento y alimentación- como los elementos de largo plazo, con el objetivo de favorecer una "integración exitosa" de los peticionarios de asilo.
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En un plano más personal, tildó de "un poco surrealista" haberse enterado de que había ganado las elecciones en el hospital, a través de su marido, y cuatro días después de los comicios.
El 17 de octubre, un alemán de 44 años con antecedentes ultraderechistas atacó en el último día de campaña con arma blanca a Reker, que concurría como candidata independiente, pero con el respaldo de conservadores, liberales y verdes.
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"Todo apunta a un móvil ultraderechista", dijo el fiscal del distrito, Ulf Willuhn.
Su estado de salud fue calificado entonces de "grave", pero estable.
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