La destreza de Francesca Cesarini en el baile de barra es evidente. Desafía la gravedad sin manos y con una sola pierna, extremidades que no le hicieron falta para conseguir una notable hazaña a sus 15 años.
“Recientemente me convertí en campeona del mundo en baile de barra”, cuenta orgullosa la italiana.
Su entrenadora Elena Imbrogno asegura que la rutina la crearon en apenas dos meses y, aunque se ve difícil, “es extremadamente simple porque quería que ella entrara a la competencia tranquila, relajada y segura de lo que estaba haciendo''.
Una forma de baile que llegó a su cabeza un día cualquiera, tres años atrás.
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“Me desperté y fui a ver a mi mamá y le dije que quería hacerlo. No sé si quizás lo vi primero en las redes sociales o lo soñé, no lo sé”, relata Francesca.
Desde entonces su tiempo lo divide entre los gustos de una niña de su edad y los giros y acrobacias en la barra. Pasión que la hace sentir libre por una razón poderosa.
Porque sé que ahí puedo hacer lo que quiero, es una cosa muy linda
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La prótesis de la pierna es la única que implementa en sus entrenamientos, las de los antebrazos las dejó a los 8 años.