En Australia serán sacrificados 10.000 caballos salvajes, un número que parece escandaloso pero que para un grupo de expertos no es suficiente .
Las autoridades de Nueva Gales han decidido sacrificar a la mayoría de los 14.000 caballos salvajes que habitan el parque nacional Kosciuszko, así como reubicar a otros, pues su presencia daña la delicada vegetación y se ha dicho que provocan estrés en especies nativas, incluso algunas en peligro de extinción.
Los análisis de diferentes entidades calculan que para el año siguiente la cantidad de estos equinos puede llegar a los 20.000 en caso de no ponerle freno a su reproducción.
El Servicio de Parques Nacionales y Vida Silvestre viene llevando a cabo un plan para reducir la población de caballos salvajes a 3.000, cifra que para el grupo de expertos es demasiado alta y no detener la expansión provocaría incendios, sequías y un acelerado fin de la vegetación con la que se alimentan.