El presidente de Brasil, donde más de 2.000 personas han muerto por el coronavirus, espera que el aislamiento se levante esta semana en el país.
"Espero que esta sea la última semana de esa cuarentena, de esa manera de combatir el virus, con todo el mundo en su casa. La masa no tiene cómo permanecer en su casa, con la nevera vacía", dijo el mandatario de ultraderecha ante sus seguidores al salir de su residencia oficial en Brasilia.
Bolsonaro, que desde el inicio de la pandemia del coronavirus minimizó su importancia y afirmó que las medidas de contención no pueden frenar la actividad económica, reemplazó la semana pasada a su ministro de Salud, que era favorable a las medidas de aislamiento vigentes ya en los principales estados del país, como Sao Paulo y Río de Janeiro.
"Esas medidas restrictivas son en algunos estados excesivas, no alcanzaron su objetivo. Aproximadamente 70% de la población se va a contagiar, no tiene sentido querer huir de eso", dijo Bolsonaro el lunes.
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El nuevo coronavirus deja hasta el momento en Brasil 38.654 casos y 2.462 muertes, de acuerdo con datos oficiales que los expertos consideran de 12 a 15 veces inferiores al escenario real, debido a la falta de pruebas diagnósticas.
Las proyecciones oficiales estiman además que la curva ascendente de contagios llegará a su tope entre mayo y junio.
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El domingo, Bolsonaro arengó frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia a manifestantes que pedían una "intervención militar ya, con Bolsonaro", así como el cierre del Congreso y de la Corte Suprema.
"Estoy aquí porque creo en ustedes y ustedes están aquí porque creen en Brasil", dijo el excapitán del Ejército ante la muchedumbre de varios centenares de personas.
Su participación en ese acto provocó reacciones de todas las esferas políticas y judiciales, aunque el jefe de Estado afirmó este lunes que "respeta" los poderes judicial y legislativo. "Pero tengo mi opinión. No puede ser que cualquier cosa que yo diga se interprete como una agresión, como una ofensa", adujo.
"Aquí no hay que cerrar nada, aquí hay democracia, con [Tribunal] Supremo abierto, con Congreso abierto", dijo.
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En el seno del gobierno, las polémicas no se calmaron con la sustitución del ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta por el oncólogo Nelson Teich, según indicó Bolsonaro, al revelar que uno de sus ministros recomendó reforzar las medidas de cuarentena multando a quienes saliesen sin motivo a las calles.
"Le dije que no", especificó Bolsonaro.
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