Al menos 600 personas han muerto en Siria desde el inicio de los bombardeos de la Fuerza Aérea de Rusia, aliada del régimen de Bachar al Asad, el pasado 30 de septiembre, según el recuento publicado hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
De esas víctimas mortales, al menos 185 eran civiles, entre los que hay 48 menores y 46 mujeres.
Los ataques aéreos rusos también causaron la muerte de 131 miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI) y de 279 combatientes de facciones rebeldes y del Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda.
El Observatorio destacó que varias provincias sirias han sido escenario de los bombardeos rusos, que apoyan las operaciones terrestres del ejército sirio, que, a su vez, está respaldado por milicianos del grupo chií libanés Hibulá y guerrilleros iraníes.
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Los aviones de Rusia han tenido como blanco en el último mes áreas del norte de las provincias de Homs y Hama (centro de Siria), así como de Alepo e Idleb y de Latakia, en la costa mediterránea, entre otras.
La ONG agregó que los bombardeos han golpeado zonas donde había presencia de civiles, así como bases de grupos insurgentes, del EI y del Frente al Nusra, donde han ocasionados daños materiales y bajas entre los combatientes.
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Las autoridades rusas afirman que el objetivo de estos ataques es el EI y otras organizaciones terroristas que operan en Siria.
Rusia es uno de los Estados que participarán mañana en una conferencia internacional en Viena sobre el conflicto sirio, a la que acudirán varios países implicados en la contienda, como EEUU, Irán y Turquía, aunque en ella no participarán las partes sirias.