Escándalo produjo el cierre de 21 plantas cárnicas. Añadían químicos a la proteína para que las piezas parecieran de mejor color y sabor.
La irregularidad fue revelada gracias a la operación ‘Carne débil’ ejecutada por la policía de ese país.
La investigación echó luz sobre una trama en la que inspectores sanitarios supuestamente recibían sobornos de los frigoríficos para autorizar la venta de alimentos no aptos para ser consumidos.
El caso potenció la crisis de credibilidad que vive el país desde que la Operación Lava Jato reveló gigantescos desvíos de dinero público de la estatal Petrobras hacia la política.
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China -segundo comprador de carne vacuna y aviar de Brasil- frenó el ingreso de cortes brasileños, a la espera de explicaciones sobre el caso.
"Hasta recibir las informaciones, China no desembarcará carnes importadas desde Brasil", publicó el Ministerio brasileño en su sitio de internet.
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"El escándalo de la carne podría ser la última amenaza para la recuperación de Brasil", resumió la consultora Capital Economics en una nota.
El gobierno alegó que solo 21 de las 4.837 plantas que operan en el país están bajo sospecha y que apenas seis realizaron exportaciones en los últimos 60 días.
Temer afirmó el domingo que "la manera como se dio la noticia pudo haber creado una preocupación muy grande" e invitó a un nutrido grupo de diplomáticos a una parrillada en Brasilia.
Las imágenes del jefe de Estado comiendo con entusiasmo trozos de carne asados a la espada tapizaron los periódicos.
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