Una de las primeras acciones para dar respuesta a la crisis migratoria que se vive en Necoclí y en el norte del Urabá antioqueño , es empezar con un flujo controlado de personas desde este 9 de agosto, para que sean recibidos de manera segura y ordenada en el lado panameño.
“Se definirá cómo saldrán, de qué manera organizamos este tráfico, marítimo o el transporte que se defina. La cantidad de personas que Colombia puede asumir responsablemente y que va a poder controlar”, informó Marta Lucía Ramírez, vicepresidenta y canciller de Colombia.
Una segunda reunión para enfrentar la crisis migratoria tendrá lugar el próximo 11 de agosto con representantes de otras naciones.
“Queremos involucrar a todos aquellos actores, tanto los de origen como los que residen por primera vez, como los de los países de destino, para juntos establecer los protocolos y mecanismos para que el flujo sea controlado”, dijo Erika Mouynes, ministra de relaciones exteriores de Panamá.
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Mientras tanto, migración Colombia se comprometió a crear una oficina permanente en Necoclí para atender la crisis.
“Nosotros estamos trabajando en caracterización verificación de migrantes y en arrebatar estos migrantes al tráfico de migrantes”, comentó Juan Francisco Espinosa, director de migración Colombia.
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Otra línea de acción para la crisis migratoria vino por parte de la defensoría del pueblo, quien visitó la zona en compañía de sus homólogos de otras naciones, donde asumieron dos compromisos.
“Una hoja de ruta clave y clara para priorizar los derechos humanos de los migrantes y para convocar a todos los defensores del continente a una cumbre de migración internacional, al finalizar el mes de agosto”, expresó Carlos Camargo, defensor del pueblo.
En la reunión del próximo 11 de agosto asistirán cancilleres de Ecuador, Perú, Chile y Costa Rica, junto con Colombia y Panamá.