Decenas de garotas se movieron al son de la música, mientras las baterías enloquecieron al público en las primeras dos noches de desfiles y carrozas.
Los brasileños se lanzaron en masa a las calles el sábado para seguir desde temprano el frenesí de la música, la danza y la cerveza.
Las imponentes carrozas fueron las protagonistas por su representación de la selva amazónica y su biodiversidad.
La mayor fiesta del mundo espera la participación de un millón de visitantes que se mezclarán con los cariocas entre máscaras y disfraces.
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