Benjamin Monk es un policía británico que fue sentencia a ocho años de prisiónpor el homicidio de Dalian Atkinson, un exfutbolista profesional que murió luego de que el agente lo golpeó y pateó en la cabeza.
El uniformado fue absuelto de asesinato, pero declarado culpable por homicidio involuntario después de que los miembros del jurado escucharon que Monk pateó en la cabeza a la víctima.
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El acusado afirmó que actuó en legítima defensa después de que los agentes intentaron someter al exfutbolista del Aston Villa durante un altercado en agosto de 2016.
Los policías llegaron a la casa de Atkinson en Telford, Inglaterra, tras una llamada de los vecinos que denunciaron una pelea en la vivienda del deportista.
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Monk le dijo al tribunal que había temido por su vida, ya que Atkinson parecía estar pasando por una crisis mental, hizo amenazas y rompió el vidrio de una puerta.
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Los fiscales del caso aseguraron que el agente utilizó una pistola paralizante durante 33 segundos contra la víctima, más de seis veces de lo normal. Además, lo pateó al menos dos veces en la cabeza.
Atkinson fue remitido a un hospital, donde murió una hora después del incidente
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