El Ejército cree que murieron los siete infantes de marina y cuatro soldados que tripulaban un helicóptero militar que se precipitó al mar durante un ejercicio nocturno en la Base Eglin de la Fuerza Aérea, dijeron autoridades militares.
Las cuadrillas de rescate hallaron restos humanos pese a la espesa niebla, agregaron.
Un funcionario del Pentágono dijo que se supone que murieron los 11 militares y agregó que la Guardia Costera encontró restos del accidente en el agua. La fuente habló con Associated Press a condición de no ser identificada porque no estaba autorizada a hablar con los medios.
Algunos restos humanos llegaron a las costas, aunque las cuadrillas seguían considerando su misión de búsqueda y rescate, dijo Sara Vidoni, portavoz militar de Eglin, ubicada en las afueras de Pensacola, Florida.
El helicóptero UH-60 Black Hawk, de la Guardia Nacional del Ejército, se dio por desaparecido a las 8:30 p.m. del martes durante una misión rutinaria de entrenamiento en una playa remota entre Pensacola y Destin. La playa es propiedad del ejército y suele usarla para sus ejercicios. Los equipos de búsqueda y rescate encontraron restos del accidente en torno a las 2 a.m. del miércoles, informó Andy Bourland, portavoz de Eglin.
Agregó que el helicóptero había despegado de un aeropuerto cercano en Destin para sumarse a otros aviones en la zona de los ejercicios.
La zona donde tuvo lugar el accidente estaba bajo una alerta por niebla el martes por la noche y las condiciones meteorológicas se mantenían el miércoles por la mañana, dijo Katie Moore, del Servicio Nacional de Meteorología en Tallahassee. La visibilidad era de 3 kilómetros (2 millas) o menos, agregó.
Los infantes de marina integraban un grupo de operaciones especiales con sede en Camp Lejeune y los soldados procedían de la unidad de la Guardia Nacional radicada en Hammond, Louisiana, dijeron funcionarios de la base.
Los nombres de las víctimas no se han dado a conocer a la espera de notificar a sus familiares, señaló.
La zona de entrenamiento incluye un tramo de más de 32 kilómetros (20 millas) en un tramo de playa que el Ejército controla desde antes de la II Guerra Mundial. La policía militar vigila de cerca el espacio, conocido por el alquiler ilegal de motos acuáticas o tablas de surf.
El responsable de prácticas, Glenn Barndollar, dijo a la Associated Press en agosto que la playa proporciona una zona de entrenamiento ideal para unidades de operaciones especiales de todas las ramas del ejército porque pueden ensayar en el agua, la arena o en la bahía.
En uno de los ejercicios habituales, los soldados saltan al agua desde botes o helicópteros y tienen que lograr regresar a la orilla por sí mismos.
Updated: marzo 11, 2015 02:03 p. m.