Pese a las advertencias del gobierno Trump, este país probó el lanzamiento de cohetes, horas antes de la reunión del secretario de Estado de EE. UU. con el presidente chino.
Corea del Norte probó un nuevo motor de cohete, en presencia de su líder, Kim Jong-un, coincidiendo con una visita del secretario de Estado estadounidense a Pekín, donde China y Estados Unidos trataron sobre el programa nuclear de Pyongyang el sábado.
"El mundo se dará cuenta muy pronto de la importancia de la victoria histórica que hemos firmado hoy", destacó el líder del régimen norcoreano, Kim Jong-un, citado por KCNA, la agencia de prensa norcoreana.
Una prueba que coincidió con la llegada a Pekín, el sábado, del nuevo jefe de la diplomacia estadounidense.
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Horas antes de reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, Rex Tillerson aseguró que Pekín y Washington iban a trabajar "juntos para ver si podemos llevar al gobierno de Pyongyang a cambiar de posición (...) y alejarse del desarrollo de armas nucleares".
En la capital norcoreana, el Kim Jong-un se congració por el éxito de la prueba. "El desarrollo y conclusión de un nuevo tipo de motor de alto empuje podría ayudar a consolidar la base científica y tecnológica, y alcanzar la capacidad mundial de transmisión por satélite en el campo del desarrollo del espacio exterior", reportó KCNA.
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"El líder (Kim) subrayó que el éxito de esta prueba es un acontecimiento de una importancia histórica y declaró que se trataba de un renacimiento para el programa de cohetes del país", recalcó la agencia.
Los motores de cohetes pueden ser fácilmente reutilizados para propulsar misiles, y observadores externos afirman que el programa espacial de Pyongyang en materia de lanzamiento de satélites es en realidad una tapadera de pruebas del ámbito militar.
Rex Tillerson, llegó a Pekín el sábado tras haber visitado Japón y Corea del Sur, donde dijo que Estados Unidos no mantendría más el enfoque de diplomacia paciente con Pyongyang, considerando que esta estrategia había fracasado.
En este sentido, advirtió que la posibilidad de una acción militar por parte de Washington estaba "sobre la mesa".
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Las declaraciones de Tillerson se produjeron después de dos ensayos nucleares efectuados por Pyongyang en 2016 y de los recientes disparos de misiles del régimen norcoreano, unos tiros presentados como pruebas previas a un eventual ataque de las bases estadounidenses en Japón.
La última vez que Corea del Norte puso a prueba un cohete lanzador de satélites se remonta a septiembre de 2016, un ensayo que también supervisó Kim Jong-un. El líder de Pyongyang prometió entonces que su país podría disponer de satélites geoestacionarios en un plazo de dos años.
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Para poder colocar un satélite en órbita geoestacionaria éste debe ser propulsado a una altitud de 36.000 kilómetros. Corea del Norte ha demostrado sus avances en ese sector desarrollando misiles balísticos intercontinentales que podrían alcanzar la costa estadounidense, subrayó el profesor Yang Moo-Jin, de la universidad de estudios norcoreanos.
"Corea del Norte insinúa claramente que lanzará próximamente un nuevo cohete capaz de transportar satélites desde su sitio de Sohae", agregó Yang a la AFP. Pero, según él, el régimen de Pyongyang también podría probar en secreto un misil balístico intercontinental desde un lanzador móvil.
"Esta prueba estaría programada para coincidir con la visita del presidente chino, Xi Jinping, a Estados Unidos" y con el aniversario de la fundación del ejército norcoreano, precisó Yang, aludiendo a la reunión, todavía en curso de negociación, de Xi y Trump en abril.