Aunque la primera vuelta dejó como ganador a Fabricio Alvarado, en abril debe celebrarse una nueva jornada electoral con Carlos Alvarado.
Con 86,6% de los votos contados, el diputado evangélico de derecha alcanzó 24,78% de los sufragios, frente a 21,74% del exministro oficialista de centro izquierda.
Los dos candidatos que disputarán la presidencia en segunda ronda, además de compartir el apellido, son jóvenes y periodistas de profesión con inclinaciones por la música. Pero sus semejanzas se acaban allí.
Fabricio Alvarado, 43 años, es un diputado y predicador evangélico postulado por el pequeño partido Restauración Nacional, una fuerza nacida entre las iglesias pentecostales que han proliferado en el país.
Carlos Alvarado, un exministro de Trabajo de 38 años, aglutinó a las fuerzas progresistas del país con un mensaje de continuidad del gobierno actual del centrista Partido Acción Ciudadana (PAC).
Hasta diciembre, el diputado evangélico no pasaba de 3% en las encuestas de opinión, pero en la recta final se proyectó como favorito después de que enarboló la oposición a una opinión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), que el 9 de enero se pronunció a favor del matrimonio homosexual.
"Sin lugar a dudas la religión impulsó a Fabricio Alvarado, y eso se acentuó con vehemencia a partir de la resolución de la corte (interamericana)", dijo a AFP el analista político independiente Jorge Vega.
"Hoy los costarricenses salimos a votar y el mensaje es claro: Costa Rica ya no desea más de lo mismo, ya no desea las campañas políticas de siempre. Por eso me sumo a un movimiento de unidad, valores, de innovación y verdadero progreso", declaró Fabricio Alvarado en un discurso de victoria.
Congregado con seguidores en un hotel de la capital, el diputado evangélico repitió su lema de campaña de defensa de la familia y la promoción de "valores y principios".
Carlos Alvarado, por su parte, invocó la unidad nacional al enumerar desafíos en los campos de la educación, la economía, seguridad ciudadana y el cambio climático.
"El próximo gobierno debe ser de unidad nacional, un gobierno que lleve al diálogo, que respete las diferencias, que sepa transformar este país", expresó el exministro Alvarado ante una multitud que coreaba "sí se puede" en la sede del PAC.
Nuevo escenario
La elección del domingo marcó la primera vez desde la segunda mitad del siglo pasado en que el poder no será disputado por alguno de los dos partidos tradicionales del país, Liberación Nacional (socialdemócrata) y Unidad Social Cristiana (centro derecha).
"El país ha cambiado, el país político es distinto, y a esto debemos ponerle atención", comentó el politólogo Felipe Alpízar, del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica.
Encuestas del CIEP marcaron el despegue de Fabricio Alvarado en las encuestas desde que en una entrevista en enero planteó retirar a Costa Rica de la CorteIDH por su opinión a favor del matrimonio homosexual.
Jorge Vega destacó que Restauración Nacional, el partido conservador evangélico, logró superar a los dos partidos tradicionales del país en las provincias periféricas, donde el ahora gobernante PAC nunca alcanzó votaciones significativas.
Se trata también de las regiones más pobres, con menos educación y empleo, y donde la religión tiene más influencia, señaló el analista.
Vega adelantó que los dos aspirantes deberán comenzar a negociar con los restantes partidos para impulsar su agenda con una Asamblea Legislativa (parlamento) fraccionada tras la elección del domingo, sin ninguna fuerza mayoritaria.
"El lunes mismo, los candidatos van a tener que comenzar a negociar en busca de acuerdos que les permitan gobernar", señaló el analista político.
Updated: febrero 05, 2018 09:42 a. m.