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La primera semana de abril de 2025 murieron en Bogotá dos niñas de 13 años envenenadas y otras dos personas quedaron gravemente enfermas por haber consumido también unas frambuesas contaminadas con una gran cantidad de talio, un metal pesado conocido como el veneno de los venenos debido a que es incoloro, sin sabor, sin olor y altamente letal. Por este caso ya hay una orden de captura internacional contra la señora Zulma Guzmán Castro, señalada de estar detrás del crimen. La Fiscalía también investiga otra muerte sospechosa, la de la mamá de una de las menores hace unos años y quien también estuvo intoxicada con este elemento. Los Informantes habló con expertos y reveló detalles de un caso por el que claman justicia.
El ente investigador tiene razones para creer que la muerte de las dos niñas y el intento de homicidio de las otras dos personas no ha sido el único ataque contra esa familia y con la misma sustancia, el talio, el metal más tóxico del planeta.
“El talio es muy liposoluble. Eso quiere decir que es muy afín por el tejido graso y los seres humanos tenemos muchísimo tejido graso, entonces, él va y se pega en ese tejido graso y así se comienza a distribuir en el organismo”, así lo explica en Los Informantes el toxicólogo Camilo Uribe.
En Colombia, desde el año 70 está prohibida la venta y comercialización del talio debido a la alta toxicidad en el sistema nervioso. Salieron del mercado plaguicidas y otros productos a base de este metal.
Como los síntomas son tan confusos, es probable que se confunda con los efectos de una intoxicación alimenticia y cuando se identifica ya es demasiado tarde. “Lo primero que produce es un cuadro gastrointestinal, él irrita la mucosa gástrica y lo que va a producir es náuseas, vómito, diarrea, ardor en el estómago y un cuadro gastrointestinal que generalmente llevaba a consultar a los servicios de urgencias. La segunda fase de la intoxicación es donde ya hay esa lesión neurológica, comenzaban a presentar, pérdida de fuerza en sus piernas, un dolor bastante difícil de controlar, progresivo y, si no se trata, pues va a llegar incluso a producir parálisis de los músculos y parálisis respiratoria. Y, si es muy severa, puede llegar a producir una lesión fulminante donde el hígado pierde su función. Lo mismo el riñón, produce cardiotoxicidad. Y a dosis muy elevadas, pues va a producir arritmias y fallas cardíacas severas que pueden llevar a la persona a la muerte”, revela el experto en toxicología.
De acuerdo con el especialista, se trata de una intoxicación muy difícil de identificar y en Colombia ninguna clínica cuenta con la tecnología para practicar un análisis específico necesario para hacerlo. Sobre lo antídotos para tratar un eventual caso, se sabe que existen, pero también que son muy difíciles de conseguir.
Esta peligrosa sustancia fue justamente la que, impregnada en unas frambuesas con chocolate que eran supuestamente un regalo, llegó a la casa de una familia en Bogotá ocasionando una tragedia: dos niñas de 13 años murieron, otra quedó gravemente enferma y el hermano de una de las niñas estuvo hospitalizado unos meses, pero ya está sano y salvo. “Esas concentraciones de talio no las teníamos reportadas, son niveles supremamente elevados”, indicó el experto Uribe.
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En medio de la investigación, la Fiscalía encontró una coincidencia que los obligó a abrir otra línea de investigación. Esta tiene que ver con el estado de salud que enfrentó en diciembre de 2020, el año de la pandemia, la mamá de una de las niñas fallecidas. Aunque la mujer había tenido cáncer de seno unos años antes y lo había superado, el dolor y el miedo volvieron a su vida en esa época. Los especialistas descartaron el regreso del cáncer, pero no encontraban la razón de los dolores y el malestar.
El médico endocrino Julio Portocarrero contó, con la reserva que obliga la relación paciente - médico, en Los Informantes que cuando atendió a la mamá de una de las niñas fallecidas, le realizaron los respectivos exámenes y así identificaron que tenía unos niveles muy altos de talio en el cuerpo. La mujer recibió el respectivo tratamiento y mejoró “significativamente”, hasta que durante un viaje tuvo una recaída porque “se le había reactivado un tumor que tenía previamente”. Murió el 17 de agosto de 2021 y fue cremada, por lo que hoy no pueden saber exactamente lo que le pasó.
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“Con la certeza que puede hablar uno en Medicina, que nunca hay nuncas, ni siempre hay siempre, puedo decir que la probabilidad de que el talio haya sido la causa de ese tumor o de ese de ese cáncer es cercana a cero. Lo que sí es posible es que cuando la persona tiene un cáncer y tiene un estrés de esa magnitud, como es una intoxicación por talio, ese estrés reduce significativamente la capacidad del sistema inmunológico y ese sistema inmunológico debilitado facilita la reactivación de un tumor”, enfatiza el médico Portocarrero.
Cuatro años después, en la familia de esta mujer se volvieron a encender las alarmas luego de que su hija muriera intoxicada con talio. “Aquí hay una persona que envió un paquete de frambuesas envenenadas a una familia y todo parece indicar que se trata de un crimen pasional”, enfatiza el abogado Fabio Humar, defensor de la familia.
Todo apuntaría a Zulma Guzmán Castro, una mujer que tuvo una relación extramatrimonial con el esposo de la mujer que murió en 2021 y papá de una de las niñas fallecidas con las frambuesas.
Las coincidencias entre la muerte de la mamá de una de las niñas y el caso de las frambuesas en abril de 2025 parecen ser muchas. Aunque hay otros sospechosos en la mira, el 25 de octubre, el juez 13 de Control de Garantías de Bogotá libró una orden de captura y emitió una circular roja de Interpol para dar con el paradero de la señora Zulma Guzmán Castro, que, según la contundencia de las pruebas que habría recuperado la Fiscalía, estaría detrás del envío de las frambuesas envenenadas.
Por otro lado, el apoderado de la familia de la otra niña fallecida cree que hay más de una persona implicada y pide a la Fiscalía llegar hasta las últimas consecuencias.