Luego de descubrir a una cría de foca abandonada en una playa de Horsey cerca de Great Yarmouth, en Norfolk, Reino Unido, una mujer se conmovió a tal punto de querer hacer algo para rescatarla. No obstante, su intento por ayudar resultó en todo lo contrario.
De manera inmediata, se comunicó con el servicio de Rescate Marino y de Vida Silvestre, quienes le dieron una serie de indicaciones sobre lo que tenía que hacer para mantener al animal a salvo, que principalmente consistían en dejarlo tranquilo hasta que llegara la ayuda.
No acató las instrucciones recibidas y decidió que lo mejor que podía hacer por el bienestar de la foca bebé era levantarla de la arena y cubrirla con un abrigo para protegerla mientras enviaban a los expertos en vida marina. Sin embargo, poco después, el animal murió a causa de un shock.
"Recibimos una llamada por esta cría de foca. Recogieron al cachorro y lo envolvieron en un abrigo a pesar de que le dimos instrucciones a la persona que llamó que dejara a la cría de foca sola para que la revisaran por la mañana. Como resultado, esta foca bebé fue sometida a sufrimiento innecesario", declaró en medios locales un portavoz del servicio de rescate.
El hecho generó gran conmoción entre los habitantes de la playa, quienes acusaron a la mujer de cometer una “estupidez” al someter a la foca a ese maltrato. Indignados por el hecho, hicieron un llamado a la comunidad, solicitando que dejen a estos animales en paz dentro de su hábitat.
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"Por favor, por muy tentado que esté, no recoja focas de la playa. Las focas comunes son muy sensibles y pueden fácilmente entrar en un estado de shock como el que sufrió esta y falleció”, aseguró el portavoz de un grupo de bienestar animal.
Cabe mencionar que es muy común el nacimiento de crías de foca en la costa de Norfolk donde se presentó el incidente. Con el pasar de los años se ha incrementado la presencia de estos cachorros de foca gris en la playa, llegando a romper un récord en el 2022, cuando se registró el nacimiento de 3.796 bebés a lo largo del tramo de arena de ocho kilómetros.
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Esto en parte es gracias a habitantes de la zona y a 383 voluntarios locales que se han dedicado a mantener el espacio seguro para estos animales. Por este motivo, las hembras foca suelen llegar allí para tener a sus crías, aunque después de destetarlas se lanzan nuevamente al mar, dejando a los bebés a su suerte.
Después de algunas semanas aprendiendo a sobrevivir, las focas bebés deciden por sí mismas adentrarse al océano, donde permanecen la mayor parte del año nadando entre Reino Unido e Islandia en busca de su alimento.