Un exconvicto de 54 años que en 2020 salió de prisión tras haber cumplido parte de una condena por homicidio fue detenido en el sur de Florida, Estados Unidos, como presunto autor del asesinato de una mujer cuyo cuerpo presentaba heridas hechas con un destornillador en el pecho y los ojos.
Eric Pierson se enfrenta a cargos por asesinato en primer grado por la muerte de Érika Verdecia, de 33 años, cuya desaparición había sido denunciada el 27 de septiembre por su familia, que reside en Sunrise, a 50 kilómetros de Miami, y fue hallada sin vida este sábado 16 de octubre en un canal.
Medios locales indicaron que Pierson fue detenido el domingo 17 de octubre y confesó haberle clavado el destornillador en el pecho y en cada ojo a Verdecia, quien dejó una hija de 7 años.
Una cámara de seguridad captó el 24 de septiembre la imagen de la víctima saliendo de su casa, pero no fue hasta tres días más tarde que se denunció su desaparición.
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Según el canal Telemundo, la Policía de Sunrise vio e interrogó a Verdecia y Pierson cuando detuvo el vehículo de él por cuestiones de tráfico el 25 de septiembre y ella no dio señales de estar en peligro.
Sin embargo, Pierson les dijo después de su detención a los detectives que ese fue el día en que la mató con un destornillador.
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Cuando la familia denunció la desaparición ya sabían que la mujer había estado con el asesino porque hubo conocidos de ella que los vieron juntos y también conocían el historial del ahora detenido porque buscaron su nombre en internet y quedaron horrorizados, según dijo a los medios la madre de Érika, Carmen Verdecia.
Cuando la Policía se puso en contacto con el asesino nuevamente el 4 de octubre, este les dijo a los investigadores que Verdecia se había alejado cuando se detuvo para cargar gasolina poco después de la parada de tráfico y aseveró que nunca volvió a verla.
Tras ser interrogado nuevamente, Pierson les dejó registrar su camioneta y encontraron manchas de sangre.
Su novia más tarde llamó a la Policía para decirle que él había mirado el canal detrás de su casa y dicho: "Maldita sea, esa perra apesta".
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Horas después el cuerpo de Erika Verdecia fue encontrado en un canal cercano a la casa del sospechoso.
Después de haber sido condenado en 1985 por intento de asesinato en primer grado de una mujer, se le halló culpable del asesinato en 1993 de Kristina Whitaker, de 17 años, por el que fue condenado a 40 años de cárcel tras declararse culpable.
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Pierson recuperó la libertad en septiembre del 2020, cuando había cumplido 27 años de la sentencia, gracias a un cambio en las leyes de Florida que permite la libertad condicional para los convictos que hayan cumplido al menos el 85% de la pena.