Las autoridades mexicanas lograron hoy un avance significativo en las investigaciones sobre la desaparición de 43 estudiantes en Iguala, al detener a 4 presuntos autores materiales en un día en que los familiares de los jóvenes marcharon para exigir su aparición inmediata. (En contexto: México, entre corrupción, disturbios, desaparecidos y muerte).
El fiscal mexicano, Jesús Murillo, anunció que dos de los detenidos han confesado que "recibieron a un amplio grupo de personas", mientras que los otros dos confesaron haber participado como vigilantes la noche del 26 de septiembre y "sus declaraciones son coincidentes" con lo dicho por los primeros.
En este momento, la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) busca "evidencias para corroborar lo dicho por los detenidos" en el lugar "en el que se plantea sucedieron los hechos relacionados con la desaparición", apuntó.
Los cuatro detenidos, miembros del cártel Guerreros Unidos, están rindiendo sus declaraciones en la Subprocuraduría Especializada en Investigación sobre Delincuencia Organizada "y, dado el sigilo que requiere la investigación, nos reservamos el nombre de estas personas", abundó Murillo.
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Estas personas se suman a los 52 detenidos previamente en relación con el caso, entre policías y funcionarios de los municipios de Iguala y Cocula, así como integrantes de Guerrero Unidos, incluido su propio líder.
Aunque no se dieron datos sobre dónde están sucediendo los procesos de verificación de los datos, Efe comprobó que hay un fuerte operativo policial en una zona ubicada a 10 kilómetros de Cocula, a media hora de la ciudad de Iguala, donde los 43 estudiantes fueron detenidos por policías y entregados al cártel.
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La zona se encuentra vigilada por elementos de la Armada de México, que no dejan entrar al lugar a los medios, mientras los expertos de la PGR realizan los peritajes. Al lugar acudió el director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la PGR, Tomas Cerón, pero no hizo declaraciones a la prensa.
En el momento en que Murillo ofrecía los últimos avances de las investigaciones en el caso, unos 500 alumnos de la Escuela Normal (dedicada a la formación de maestros) de Ayotzinapa y familiares de los desaparecidos realizaban una pequeña marcha en Iguala hasta el lugar en el que fallecieron dos de los estudiantes la noche del 26 de septiembre.
Las madres de los jóvenes llevaban carteles con las fotos de sus hijos desaparecidos, flores y velas para recordar a los muertos y pedir que los desaparecidos aparezcan con vida. Junto al lugar en el que murieron los dos estudiantes se colocaron dos cruces y se celebró una misa por la paz. Posteriormente, caminaron hacia un descampado cercano, en donde fue depositado el 26 de septiembre el tercer cuerpo, y clavaron una tercera cruz.
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