Mamás, tristes por la situación económica en su país, se las ingenian para hacerlos entender. “Apenas tenemos para comer”, dicen.
“Está muy difícil, hay otras prioridades”, reconoce por su parte Félix Salas, un padre venezolano que, como muchos otros, apura el paso cuando su hijo se queda viendo juguetes.
Según el mercado paralelo de divisas, muchos venezolanos están ganando mensualmente lo equivalente a US$5.
Y es que la inflación también se ve reflejada en los precios de juguetes. Por ejemplo, una Barbie está costando unos tres salarios mínimos.
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Economistas pronostican que al final del año la hiperinflación superará el 2.000%.
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