El estudiante que masacró a vacacionistas en una playa tunecina y un elegante hotel actuó solo durante el ataque, pero tuvo cómplices que lo apoyaron previamente, dijo el domingo un funcionario del Ministerio del Interior.
La policía estaba buscando en todo el país a más sospechosos después del asesinato de al menos 38 personas el viernes en Sousse, en el ataque más mortífero de su tipo en el país. El padre del atacante y tres compañeros de vivienda fueron detenidos y están siendo interrogados en la capital, Túnez, dijo a The Associated Press Mohamed Alí Aroui, vocero del Ministerio del Interior.
El atacante fue identificado como Seifeddine Rezgui, un estudiante de posgrado de 24 años de la Universidad Kairouan de Túnez, donde estaba viviendo con los otros estudiantes. El grupo radical Estado Islámico se atribuyó el ataque.
"Estamos seguros que otros ayudaron, pero no participaron", señaló Aroui. "Participaron indirectamente".
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Investigadores creen que los presuntos cómplices proporcionaron a Rezgui el rifle de asalto Kalashnikov y lo ayudaron a llegar al lugar de los hechos, dijo Aroui.
Las autoridades no han indicado aún un motivo para la masacre. Un funcionario de seguridad cercano a la investigación dijo que el estudiante frecuentó una mezquita "no oficial" en la ciudad santa tunecina de Kairouan durante los últimos dos años.
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El funcionario señaló que un nadador encontró en el mar el teléfono celular del atacante. Se encontró en el aparato que el atacante habló con su padre justo antes de la balacera, agregó el funcionario, quien solicitó no ser identificado debido a que no estaba autorizado a hablar públicamente sobre el caso.
El ataque del viernes en el Hotel Imperial Marhaba sacudió a esta nación del norte de África que se nutre del turismo y que ha batallado desde su revolución en 2011 para ser el país de la Primavera Árabe que ha tenido éxito en el tránsito del autoritarismo a la democracia.
El baño de sangre conmocionó a naciones europeas a lo largo del Mediterráneo, preocupadas por la seguridad de sus ciudadanos que llenan las playas tunecinas, y por lo que pudiera significar para ellas mismas en una era de terrorismo globalizado.
Mark Rowley, oficial policial británico especializado en contraterrorismo, dijo el domingo que Gran Bretaña movilizó más de 600 agentes y personal --uno de los despliegues contraterroristas más grandes de la fuerza en años recientes-- como respuesta al ataque.
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Al menos 15 británicos estuvieron entre los 38 muertos, siendo el ataque más grave contra británicos desde que fueron asesinadas 52 personas en ataques contra la red de transporte de Londres en julio de 2005. Además murieron en Túnez tres ciudadanos irlandeses.