Emmanuel Macron conversaba con tres ministros cuando, sin pena y frente a las cámaras de televisión, Nemo alzó la pata.
El labrador negro orinó en una chimenea, dentro de un bellísimo salón del Elíseo.
El funcionario que lo sorprendió no pudo contener la risa, que pronto se le contagió a todos los presentes. La imprudencia de Nemo dejó a Macron abochornado.
Updated: octubre 23, 2017 03:05 p. m.